Fénix 26-27, 235-255
DOCUMENTOS COLONIALES n. O R T E G A EVALUACION DE LA OBRA 239 preparada por orden del excelentísimo conde Chinchón, virrey del Reino del Perú, por el muy erudito don Pedro Ortega Sotomayor, profesor primario de sagrada teología en la célebre academia limeña, primeramente canónigo magistral de la catedral metropolitana de Lima tras ganar aguda competen. cia con dignísimos concursantes, luego escolarca, habiendo obtenido la digo nidad escolasteria, y conciller de la academia limeña. I Briceño y su obra! He leído con aplicación y placer casi arrobado esta Prima Pars ... in Primum. Sententiarum Scoti por el muy reverendo padre Alfonso Bri– ceño, chileno, lector primario emérito de teología en este convento de san Francisco, por orden del excelentísimo señor virrey, y como lector siempre nuevo la releo con ávido afán de aprender. En su argucia y sutileza, que no roza puerilmente la superficie sino cala en lo profundo maduramente, Es– coto mismo, doctor sutil y príncipe de los doctores sutiles, como otro Só– crates, puede reconocer a su Platón, cisne que estirando las alas vuele de su seno por el mundo y cautiva con su grato canto los ingenios de los sa– bios. O bien, en nuestro Briceño puede verse a sí mismo restituido y restau– rado por una dizque transición pitagórica o retorno. Recuerdo yo, que soy de la misma edad, que desde su juventud se le apodó "Pequeño Escoto" y después "Escoto", por la sagacidad y agudeza dc su genio- por agüero siempre fausto, predicción feliz y evento aún más feliz. En fe de lo cual, Escoto, si desea, que repita la prueba de Pitágoras. y visite con nosotros el templo de la sagrada Palas, es decir, de la teología cristiana. Que señale entre las demás ofrendas de los doctores de este tan docto siglo su escudo que poco ha fue colgado para la diosa y antes fue lle– vada en su brazo izquierdo en la muy combativa y contenciosa guerra esco– lástica -más que la troyana-, y lea su inscripción: "defensa muy perita, ingeniosa, erudita, y auténticamente escotista". El autor, pues, canta con más razón de su Escoto lo que Besarión, famoso entre los griegos, cantó de su Platón. Si nuestra actividad intelectual ha brillado algo, si algo hemos hecho, de buena gana permitimos, aún deseamos, que se piense o que todo lo hemos tomado de Pla, tón / dígase Escoto/ o que él mismo I ponderal ha estado presente para defenderse así mismo len Rodiginio, lb. 30, cp. 37/. 9 9. Luis Celino Hodiginío, Lectionum Antiquorum Libri XXX. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.26-27, 1979
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