Fénix 26-27, 235-255
242 FENIX ro y genuino, así como nadie comprende a Tomás como semejante tomista. Por ello, hago llamamiento a Séneca: Pierde esperanza de poder catar ligeramente el ingenio de los más grandes / ¿quiénes son más grandes que Tomás o Escoto, o iguales a ellos? /. Has de estudiar cada elemento y desplegar el conjunto. Y según los contornos de su ingenio se moldea la obra, de la cual nada puede sustraerse sin estropearla. Oh, es cierto, y lo contemplamos en ambas escuelas por cada lado. Yo, a decir verdad, soy de mente pequeña y tosca, la cual, para bien mío, fue engendrada y nutrida en prados y riachuelos tomistas (por lo de– más, de encumbrados ingenios ante cuyos nombres siempre me levantaré con reverencia de alumno). 1\) Y en primer lugar admiro profundamente y más de una vez he captado las maravillosas, estupendas ideas de santo To– más. Pero no puedo comprender en su filosofía sino lo que pueden quienes no son "familiares" y carecen del "sentido familiar", (muy agudo, además) para olfatear las implicaciones de una doctrina autocoherente que sigue siempre fluyendo, y percibir sus principios y causas, sus antecedentes y con– secuencias. Oye este apto sentimiento, bello y verdadero, de Ambrosio /El e· xameron, lb. 6, cp. 4, [PI'. 25-6]/: Cada [cordero] tiene el mismo olor, pero la naturaleza les da un olor familiar que su querida cría [de la madre] parece exhalar, no sé mediante qué potencia especial. La naturaleza tiene sus propias costumbres y sus sentidos familiares. :w r A mérica y la humanidadl Mas, he aquí, del oeste, sepulcro del sol, se levanta una luz inversa y trastrocada. 21 De las Indias ¿ha de salir algo bueno? Sí, de ellas viene el oro, la plata, las perlas, y las grandes flotas tesoreras. Pero ;,quién recono– ce a sus pensadores, sus doctores? Basta, supuestamente, admitir la gcnte nacida en rudo suelo bajo duras estrellas a la racionalidad, a la especie in– divisa y a la mancomunidad de los seres humanos. Primero os felicito a los peruanos por ser admitidos a la razón, no sé si a su uso. También os agradezco a los que de gracia [nos] admitís, por no quedaros los únicos hombres y por liberar nuestro corazón de la naturaleza y condición de los animales /Job/. Animal más santo que éstos, De mente más alta nación el hombre. 22 19. Ortega estudió en el colegio de san Martín: ver M. de Mendiburu, Diccionario histórico.biográfico del Perú (Lima, 1879·90 y 1931·4), in loco. 20. El sentido es que incluso en un gran rebaño, las ovejas conocen a sus corderos y éstos a aquéllas, aunque el pastor se equivoque. 21. ... inversa. .. et praepostera luxo 22. Sanctius his animal, mentisque captior altae/ Natus est horno. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.26-27, 1979
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