Fénix 28-29, 71-90

PRIMEROS LIBROS EN EL PERU COLONIAL de publicar los últimos cinco libros de Amadis. Hijo suyo fue Diego de Silva y Guzmán, conquistador y cronista perulero; vecino del Cuzco, ciudad don- de se estableció luego de su arribo, junto con Hernando Pizarro, en 1536 4. Pero no todos se identificaban con las maravillosas ficciones de los libros de caballerías. Hubo una minoría seIecta -eran sobre todo religio- sos que influían en los medios cortesanos y académicos- que los despreció, optando por el ideal humanístico de sabiduría y piedad. En las décadas iniciales del XVI, cuando prende con fuerza el Renacimiento, se deja sen- tir en España la fecunda influencia del pensamiento Be Erasmo de Rotterdam, exponente principal del humanismo cristiano. Este propugnaba una reno- vación espiritual con reforma en las costumbres y desprecio de lo exterior, para que el hombre pudiera alcanzar libertad intelectual, acercándose a Cristo. Marcel Bataillon explica cómo el erasmismo español, movimiento cultural de vastas consecuencias (enriquecido con el aporte de los cristianos nuevos provenieníes del judaísmo), impulsó en la Península una verdadera revolución religiosa, que sería frenada poco más tarde por la Contrarrefor- ma, para la que aquellas doctrinas resultaban demasiado audaces 5. El humanismo de Erasmo, descoso de romper con los moldes estable- cidos en materia eclesiástica y de fundar un cristianismo renovado: encon- traba terreno propicio para su implantación en las colonias de ultramar. Allí la labor de los frailes evangelizadores podría convertir en realidad sus postulados reformistas. De hecho, entre los españoles que vinieron a Amé- rica hubo muchos que eran aficionados al erasmismo, según lo prueban mencioncs de diversas partes del continente. Estos colonos hallaban un buen alimento espiritual en las lecturas morales y religiosas y preferían a Erasmo porque "daba una nota de piedad ilustrada y libre, grata a aquellos hom- bres desgarrados de su ambiente nativo" 6. SoMe la base de la legislación referente a la circulación de libros se montó una errónea concepción acerca del ambiente intelectual experimen- tado en Indias. Así, no sorprende que en un manual sobre la Vida intelec- tual del virreindto del Perú, que por muchos años marcó 12 pauta en esta materia, topemos con la siguiente afirmación: "El pensamiento nació escla- vizado en la Colonia, incapaz de romper el yugo que desde el siglo XVI 4. Raúl Porras Barrenrchca, "Diego de Silva, cronista de la conquista del Pení", en Mar del Sur, año 111, núm. 15 (Lima, encrofebrero de 1951), págs, 14-33; véanse especialmente las págs. 19-20. 5. Mnrcel Bataillon, Erasmo y España. Estudios sobre la historia espiritual del siglo XVI [19371, trad. de Anton:o Alatorrc (México-Buenos Aires, Fondo de Cultura Econhica, 1950), tomo 11, págs. 429-432. Un buen resumen de los diversos puntos de vista cxpresados sobre el Eumunismo español se encuentra en María Luisa Rivara de Tuesta, José de Acosta, un humanista reformista (Lima, Editorial Universo, 1970), cap. 1. 6 Bataillon, ob. cit., tomo 11, pág. 435. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.28-29, 1983

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