Fénix 28-29, 99-129
FENIX En el artículo que publiqué en 1969 hice uso de las obras de Feliú Cruz, Wilder, Ramírez y la edición de tradiciones de Aguilar para com- poner mi cronología. Gracias a invatigaciones llevadas a cabo en la Biblio- teca Nacional del Perú he podido llenar algunas lagunas y corregir algunos errores del primer esfuerzo. Allí pude estudiar las obras de la colección personal de Palma y diversos periódicos y revistas en que han aparecido varias de las obras de Ricardo Palma. Los datos que encontré en La Broma de los años 1877 y 1878 son muy importantes porque Palma publicó muchas de sus tradiciones por primer vez en este periódico. Fcliú Cruz mencionn la publicación pero no da ningún detalle sobre ninguna tradición publicada allí. La mayoría de los cambios que se ven en la segunda lista tienen su origen en los datos encontrados en La Broma. Otra fuente que me ayudó sin duda, fue la información que me dio Julio Díaz Falconí, buen amigo mío. Para hacer más útil esta lista he agregado una relación de todas las tra- c i ckms en orden alfabético. Con cada tradición apnrccc el númclro de cilti cn la lista cronológica. De este modo se puede trazar la historia de cada tradición. iOjalá que este estudio sea de ayuda para los que quieran com- prender mejor la obra de Ricardo Palma, el gran escritor peruano cuya grandeza verdadera se hará más evidente en el futuro! Todos los estudiosos que se entusiasman por las letras hispmoameri- cnn:ts conocen la obra del insigne peruano Ricardo Palma y seguramente se 11x1 divertido muchas veces leyendo sus inimitables tradiciones. Palma empezó a escribir sus piezas en prosa en 1851( por lo menos la pr;mera tra- clic;ón cxistentc, "Consolación", es de ese año) y siguió escribiéndolas hasta 1;t rriuerte. Estas tradiciones, en que se encuentran algunas de ¡as caracterís- ticas del cuento, la anécdota, la breve pieza histórica y el cuadi-o de cos- tumbres, abarcan un período en su contenido desde antes dc la co:iquistn ii.ist:i el siglo veinte. Por una parte se han elogiado calurosamente y por la otrti sc han cori- denado severamente; sin embargo, queda en ellas, hasta nuestros días, una gracia y una atracción que nos cuesta trabajo expresar. Basta decir que dc una manera u otra, PaIma ha podido comunicarnos el espíritu del Perú en una expresión jocosa y festiva que nos encanta y nos divierte El contenido de estas tradiciones, sin duda, nos llama la atencibn y a él se puede atribuir gran parte del éxito que han logrado, pero de más importancia aún, según Palma mismo, es el estilo. De 1890 es la carta a un amigo, Vicente Barrantes, en que Palma escribió lo siguiente: "Para mí, una tradición no es un trabajo ligero, sino una obra de arte. Tengo pa- ciencia de benedictino para limar y pulir la frase. Es la forma, más que el fondo, lo que las ha hecho tan p~pulares".~ A Juan María Gutiérrez había 2 Carta a Barrantcs, 29 de cncro de 1890, en Raúl Porras Barrcnccht*a (Ed.), Epistoiario, Vol. 1 (Lima: Editorial Cultura, 1949), p. 334. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.28-29, 1983
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