Fénix 3, 485-514

MANUSCRITOS : SU CUIDADO Y CATALOGACI~N 487 a fin de que los pasajes de las Divinas Escrituras que lean y transcriban sean bien entendidos y de un trabajo acabado". Los monjes consideraban como un honor el transcribir los Libros Sagra- dos y confiaban en que esa tarea les sería recompensada por Dios. Cada pa- labra transcrita constituía un mérito más y una expiación de Ios pecados. Esta consideración sobrenatural de su trabajo, se trasunta en la minuciosidad ex- trema de los manuscritos y la belleza de sus adornos: letras hictoriadas, ador- nadas, miniaturas, viñetas, etc. El "scriptorium" estaba al cuidado de un monje designado con el nom- bre de "armarius" cuya tarea consistía en proveer a los escribas de pergami- nos (las hojas eran contadas y repartidas parsimoniosamente), tinta, pliimas (de ganso o de cuervo), cuchillas, reglas. Se debía guardar un silencio ab- soluto y pedir por señas lo que se necesitaba. A fines del siglo XII, al decaer el espíritu de trabajo intelectual en los monasterios, resurgen los copistas laicos de oficio, debido ello, sobre todo, al desarrollo de las Universidades y al amor al estudio, aumentando, en espe- cial, la demanda de libros jurídicos y gramaticales. El período áureo de los copistas empieza con la segunda mitad del siglo XIV ( y termina a fines del XV con la afirmación del arte de la tipografía) debido al desarrollo del hu- manismo y al interés de príncipes, potentados, sabios y literatos por adquirir bellos libros para sus "librerías". Ya los manuscritos no fueron obra sola- mente de monjes o copistas sino también de jueces, poetas, príncipes o artis- tas que amaban copiar ellos mismos sus obras predilectas o de estudio, como se advierte en las inscripciones finales en las que el copista, a más de invo- caciones o fórmulas congrütulatorias por haber llevado a feliz tSrmino su tra- bajo, anota declaraciones personales sobre su trabajo, lugar, motivo y fechas en que lo empezó y concluyó. Ornarnerztación de los Manuscritos.-Desde los tiempos más antiguos en- contramos manuscritos ornamentados. EI adorno más sencillo y antiguo con- sistió en el empleo de tintas de diversos colores: roja para los títulos, letras ini- ciales y mayúsculas; negra para el cuerpo del texto. Desde el siglo X se usó tinta azul para las letras capitales. En la Antigüedad y en la Edad Media (especialmente, en la época caro- lina debido a la influencia bizantina) se emplearon pergaminos teñidos en co- lor púrpura, con los textos en color dorado o plateado para uso de las altas personalidades laicas o religiosas o para algunos misales destinados a Iglesias Catedrales. De la simple concurrencia de colores se pasó luego al adorno de las Ie- tras; los manuscritos griegos o latinos eran adornados, a veces con figuras O cuadros en color, mientras que los primitivos escribas medioevales dedican su sentido estético a la caligrafía y al adorno de las letras capitales y mayúscu- las. La ornamentación de las letras fué cobrando cada vez más vigor Ilegán- dose hasta el adorno antr~~omórfico, zoomórfico y fitomórfico. Luego se Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.3, julio-diciembre 1945

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