Fénix 3, 515-540
j Murió Larriva! jOh, cruel desgracia! iQuién dc sil p'uma la sal, 13 gracia, y la pureza, imitara? iLarriva Iia miier:o! ¡Ha fenecido! Mas, no, su nombre en el olvido de oscura huesa no ha de posar. Cisnes del Rimac, en lastimero eco, la mcerte de un compañero venid, con triste plectro, a cantar. Almas sensibles, venid conmigo el duro mármol del caro amigo con vuestro lloro a enternecer. Mas. .. i Ah, qué espanto! iOh, yo infelicc! Una vi3z bronca oigo que dice: -Al butn amigo ya no has de ver. Rosada bri!Ia la nileva Aurorñ. el Sol de nuevo los montes ;lora. después que briiria Ia noche huyó. De flores nuevas se viste el suelo, después que adusto, intenso hielo de sus verdores le despejó, Mas ;ay! del 1ioir.bre la férrea suerte nunca varía Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.3, julio-diciembre 1945
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