Fénix 3, 515-540

despues que muerte el fiero dardo quiso vibrar. Al sabio, al necio la tumba iguala: de un modo mismo la buena o mala suerte del hombre suele acabar. La virtud sola, sólo el talento al hombre ensalza en todo evento, y de sí mismo le hace mayor. No le deslumbran la plata, el oro: sólo la infamia. sólo el desdoro son los objetos de su terror. ¡Murió Larriva! Mustias, confusas, tan cruel ocaso plaííen las Musas; plafiele. Genio de la amistad. Cúbrete. Lima, de negro manto; pero sensible desfoga en llanto de tu tristeza la inmensidad. LAS ALFORJAS DEL ALDEANO (Fábula) En el tiempo en que Júpiter solía rozarse con los hombres, recorriendo por diversión provincias y ciudades, sentado al pie de una frondosa encina se encontró con un rústico aldeano al que a cuestas le puso un par de alforjas. mas de modo que la una le colgase Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.3, julio-diciembre 1945

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