Fénix 3, 515-540
y rcducido a un mísero esqueleto. Diz que Tiberio dixo, razón tiene; con sus moscas dejarle si se avic-ne Contaba esto mi abuela, mas no intento ~rofundizar a b que alude el cuento. EPIGRAMAS XXI (58) Unas borlñs, a veces, o un bordado hacen del necio un sabio consumado. (62) Se encierra so este mármol tremebundo el mayor hablador que tuvo e! mundo, el cual, aunque ya calle de contado, no puede callar más de lo que ha hablado. (70) E n la flor de mi edad vivía confiado. mas esa flor Fortuna me ha cortado: hoy, ccancio már lozana florecía. llora mi f!or pcrdida, Flora mía. (71) Dc necio, lector mio, te acreditaras, si todos mis escritx celebraras; de envidiosa al contrario, cuando todos los apocaras de disti~tosmodos. (71) ~ T c admiras, Fabio, porque el crcribano el oído cierra 3 tils rcconvenciones, ~uündsaabierta para él no está tu mano? (71) Non en hebreo, sc llaman las riquezas. O r e1 francés al oro le ha llamado. Y hon-or de estas dos voces se ha formado. (71) Nic espanto al contemplar, por vida mía, cómo a tantos que han muerto hasta el presente, mueren, y han de morir posteriormente, se les puede juzgar sólo en un día. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.3, julio-diciembre 1945
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx