Fénix 3, 515-540
j o s É PÉREZ DE VARG.L\S, MAESTRO Y POETA ( 3 ) de un delicioso valle, a quien corona forman por el oriente unas colinas de lozano verdor siempre cubiertas, un magnífico templo se levanta: y palmos y laureles, tan antiguos como el mismo edificio, sombra le hacen, por todas partes, con sus verdes copas. Allí es fama que un tiempo su morada, con preferencia a la Trinacria bella, quiso fijar Parténope. Allí todo viviente, al acercarse, de un sublime espíritu se siente electrizado; cobra fuerza y valor su fibra; y todas sus potencias adquieren gallardía. Allí crece la encina, noble premio del valiente guerrero, el mirto, el apio, y la honrosa verbena y el amomo que grato embalsamado olor aspira. Allí el Zéfiro blando, con sus alas, los ardores mitiga del estío. Ni el Aquilón ni el Abrego se atreven a turbar con sus ráfagas la calma que en su contorno reina. La fachada de mármol pario ostenta mil trofeos arrancados a ejércitos esclavos; rotas cadenas. yelmos y corazas, escudos, lanzas. arcos y carcajes con proporción simétrica dispuestos, ofrecen a la vista un armonioso conjunto de mil partes diferontes. Historiadas las puertas en el bronce de relieve figuran las batallas en que triunfó el valor contra la fuerza en Leuctra, Maratón y Salamina. Adornan el umbral unos festones que cuelgan de una civica guirnalda, y de su centro, en áureos caracteres, de Libertad el nombre sobresale. El interior del templo heroicos hechos de valor y virtud y nombradía en cada intercolumnio representa. Allá Mucio la mano sobre el fuego poniendo ante Porsena, Horacio el puente defendiendo animoso, Clelia el Tiber atravesando varonil, y Curcio impeliendo el caballo en el abismo. Más allá Bruto, con la diestra armada, enseñando el puñal ensangrentado, Porcia encubriendo la profunda herida que el pecho le devora, y Casio y Casca aún en acto de herir. Triunfales carros de bélicos trofeos enriquecidos Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.3, julio-diciembre 1945
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