Fénix 3, 515-540

u O r o ~ t e s a los Rótulos; os muestre la Geografía si crl Nilo con sus aguas baña de Roma la campifía, o el Tíber llega a inundar los farios obeliscos. X al volver hacia atrás la vista a tantos héroes antiguos y remotos pueblos evitad el equívoco en los nombres, en el tiempo, en la patria, en Pos lugares; la crítica, el estudio, la memoria aclaren lo que el tiempo ha oscurecido. Si pasais de lo serio a lo jocoso, y en la Mitología veis un enjambre de dioses, semidioses y centauros ipod"is acaso contener la risa, o dejar de llorar tanto delirio de la humana razón? ¿Creeréis que Jove se hubiese convertido en blanco cisne en toro, en hombre, en fiera, en oro, en fuego y en otras mil figuras semejantes? ¿Que con su lanza y égida Minerva de su cerebro haya nacido, y Venus de la espuma del mar? ¿Que de la tierra salieran los gigantes, y existiesen faunos con pies de cabra, y Diana a un tiempo tres diferentes formas remudara? No os admiréis aun, seguidme atentos: veréis a hombres y dioses transformados en árboles, en ríos, fuentes y piedras. Ved a Dafne en laurel ya cenvertida, a quien verde corteza oprime y cierra; ved más allá esos álamos que cubren las orillas del Pó; son las hermanas que la caída de Faetón lloraron; la dura piedra que está allí tendida fué Niobe, que burlóse de Latona. Esa fuente que al mar corriendo llega con mil rodeos por subterránea vía fué la Ninfa Arettisa. En este anciano cuyo rostro en torrente se disuelve, de cuyas cejas cucilga verde musgo, conoced a Aqueioo. Donde estáis viendo hervir la brea mezclada con azufre está la negra Estigia; esos que vuelan Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.3, julio-diciembre 1945

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx