Fénix 32-33, 117-141
tercera edición de estos textos, corregidos y ampliados, con referencia a lo primero se puede mencionar la fotografía que aparece en la pág. 114, y que corresponde a la catedral de Arequipa, la que en la primera y segunda edición figura como catedral de Lima; también es de advertir las correcciones hechas por el propio autor, Juan Ríos, a su hermoso poema "Canto a Grau", tanto en el aspecto formal como la versión en sí (v. nota p. 185). Con respecto a lo segundo (versión ampliada) esto se puede constatar pues el texto que originalmente traía 308 ps. se amplía a 444, es decir, prscticamente un 40%más, explicable pues se incorpora a esta tercera edición material del Centenario (no incluído antes por ser la edición de 1978) y bastante más como la información referida a la instalación en la Cámara de Diputados de una cuml por el Diputado por Paita Miguel Grau, en solemne sesión del Congreso el 3, de noviembre de 1983. El testimonio más importante --en nuestra opinión- que se suma a esta nueva edición que llevó tambih el titulo "A 13 Gloria del Gran Almirante del Perú, Miguel Grau en el Sesquicentenario de su natalicio 1834/1984", fue una hasta entonces desco- nocida carta de Grau a su esposa. Dicha carta estaba datada "Monitor Huáscar, Ca- - lía0 Mayo 8 de 1879", es decir, exactamente cinco meses antes de su gloriosa inmoiación frente a la Punta de Angamos. Aunque indudablemente no fue la Ultima carta que escribiera, con razón eiia se con- sidera su "Ultima Voluntad"; con ese título, en hermoso sobre en cuya parte supe- rior lucía una bella fotografia del escritorio de don Miguel Grau sobre el que apa- mias un libro, un anteojo largavista y un vaso que le pertenecieron, la Marina de Guerra reprodujo en magnífico facsímil la carta del héroe. Esta carta, entregada a la Marina de Guerra el 21 de abril de 1384 por don Miguel Grau Wiese en representación de la famijia, es de evidente autenticidad, resístien- do 1s. compulsa de la crítica externa e interna. Para muchas perqnas, apareció como sospechoso un testimonio que durante prác- ticamente 105 años, no se había dado a conocer. Nosotros quisiéramos ahora aña- dir breves consideracionesal respecto. A quienes visite la duda por la súbita aparición del texto, podemos sefíalar que su existencia, por lo menos, era conocida por algunos pocos. Nosotros así lo expresa- mos en el aula universitaria y en algunos auditorios extrauniversitariosen varias oca- siones. ¿Por intuición? No; tal sospecha tenia su origen en un artículo que apareció en la revista Mundial del 9 de octubre de 1925. En él, el periodista Edgardo Reba- qtiati, en un nuevo Aniversario de Angamos, --el último que viviera doíia DoloresCa- Yero de Grau quien murió el siguiente mes de febrero-, le hace algunas preguntas. He aquí la parte del diálogo que nos interesa: "-Antes de marchar a su último viaje ;no dió el Almirante señd de comprender la gravedad del peligro que corría?". "-Miguel sabía que la muerte iba tras de su buque y me acuerdo que antes de su postrera salida del Caiiao, se confesó, arregló todos sus asuntos y me entregó una carta cerrada y tomándome la promesa de abrirla solo en el caso de que dejara de existir". Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.32-33, 1987
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