Fénix 32-33, 96-112
haber escrito González zambrano' 9 . Otros datos no pueden ser tomados en serio. Puede ser verdad que muchos obispos lo tuvieron en alta estima, pero sólo consta la opinión de Mollinedo; la critica no ha tropezado aún con los elogios que el pro- loguista atribuye a otros mitrados. Hasta que no aparezca el testimonio documental, todo debe colocarse en el platillo de la leyenda. 1 Las repetjdas alusiones a que a los 12 años de edad componía música, escribía co- medias latinas a los catorce, y profesaba en el Seminario a los dieciséis, pueden ser ciertas (y tal vez lo sean); pero hay que desarmarlas de todo marco excepcional porque las informaciones sobre los estudios universitariosen América postulan que los estudiantes, y aún los graduados y docentes, no llegaban a los veinte años de edad. De todos modos, el Prior agustino del Cuzco, Francisco de Loyola Vergara declara haberlo conocido como estudiante en San Antonio Abad: "reconocí enton- ces un ingenio muy singular, acompañado de mucha virtud". Asimismo recuerda ha- ber encontrado a Espinosa Medrano, en 1658, "doctor en Teología y catedrático della, y predicador insigne y muy superior en los aplausos a sus concolegas" (Medi- na 1904-7: 11,7)". En tanto que del pregonado renombre europeo de Espinosa Medrano no hay dato que corrobore las enfáticas declaraciones de SLL panegirista, del renombre filosófico se conoce, por lo menos, la socorrida afirmación de Ignacio de Quesada, que atribu- ye "aplauso y admiración de los ingenios romanos", aunque la afirmación se halla en el mismo nivel de vaguedad y generalidades que las muchas otras. Si hay cierta- mente testimonios de su obra literaria (de teatro y crítica). No sabemos a qué se alude con la afirmación de que era músico y compositor: a lo sumo parecía hombre sensibilizado para la cultura musical2 ' . 4 . LOS DATOS BIOGRAFICOS Nuestro conocimiento de la vida de Espinosa Medrano es, como se ha visto, bastan- te fragmentario. Muchos datos aún no han podido ser esclarecidos debido principal- mente a la escasez de fuentes documentales. Sin embargo, la revisión,de los regis- tros notariales que conserva el Archivo Departamental del Cuzco, ha arrojado nueva luz acerca de la condición económica de nuestro personaje. Ahora estamos en situa- Vid. nota 5. Fray Francisco de Loyola Vergara nació en Ica el 4 de octubre de 1609, hijo del noble Francisco de Loyola y Vergara y de Luisa Toranzos. Tomó el hábito en el convento de San Agustín de Lima en 1622 y profesó el 2 de febrero de 1625; estudió en San Idelfoe so, se graduó de doctor en 1664 en la Universidad de San Marcos y más tarde recibió el titulo de maestro. Se destacó en la enseñanza y en el púlpito. Fue secretario de la Pro- vincia en 1637. Definidor en 1641. Prior del Convento del Cuzco en 1645. Entre 1649 y 1657 desempeñó los cargos de Vicario Provincial en Lima, Catedrático de Prima en San Marcos, Juez Visitador de tierras de indígenas. En 1657, fue elegido Provincial de la Orden. A propuesta del Virrey Conde de Lemos, la reina gobernadora lo presentó para la diócesis de Concepción en Chile el 16 de mayo de 1669, pero no se consagró hasta fines, de 1671. En mayo de 1672 entró en Concepción. Murió el 19 de noviembre de 1677 (Villarejo 1965). Véase Cisneros, "Sobre Espinoza Medrano: predicador, músico y poeta" en Cielo Abier- to, vol. X, No 28 (3-8). Lima, Abril-Junio de 1984. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.32-33, 1987
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