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además del conocimiento de la "realidad profunda" del país, de una compenetración con el pensamiento de José Carlos Mariátegui Don Alberto me contó que si bien durante sus estudios secundarios en el Colegio de La lnmaculada supo de la existencia de Mariátegui y del grupo "Amauta", generado alrededor de la revista del mismo nombre, no lo conoció personalmente. Conviene recordar que escritores precoces como Martín Adán, Estuardo Núñez y César Miró, al término de su adolescencia, estuvisron cercanos de José Carlos y que éste era un fino catador de talentos. Tauro fue testigo presencial sólo del imponente cortejo fúnebre que el 1 7 de abril de 1930 salía del jirón Washingtonpara abrirse en multitud por el Paseo Colón y seguir así, engrosando sus filas, al centro de Lima, pasando por la Plaza de Armas hasta el cementerio Presbítero Maestro. Pero fueron tempranas las lecturas de Mariátegui, primero los dos libros publicados en vida, ha Escena Contempóranea y 7 Ensayos de Interpretación de la Reaiidad Peruana, después, gracias a su formación de bibliógrafo, revisó la obra dispersa en Amauta, Variedades y Mundial. La presencia de Jose Carlos es clara en las páginas de la revista Palabra (En defensa de la cultura), publicada por Tauro con José María Arguedas, Augusto Tamayo Vargas, Emilio Champión y José Alvarado Sánchez (1936-37y 1943). El sello editorial de Palabra, publicó en 1945 Latitudes de silencio de Hugo Pesce y 25 años de sucesos extranjeros de Jose Carlos Mariátegui, ambos con textos introductorios de Tauro. Significativamente, Mariátegui y Pesce, editados el mismo año por Tauro fueron dos figuras que gravitaron hondamente en su formación intelectuai e ideológica. De Pesce tomó el rigor por el método científico y la perspectiva humanista, así como e/ gusto por el esrilo literario. De Mariátegui, la comprensión del Perú en sus problemas y posibilidades, el instrumento de análisis, la ética del comportamientopolítico. No sorprende, por ello, que Tauro nos acompañara desde las primeras etapas de las ediciones de las obras de Mariátegui. Por su cuenta se había tomado el trabajo de reproducir a máquina casi todos los artículos del Amauta, desperdigados en las revistas de Lima y de América Latina. Eran tiempos, en que no existía la fotocopia ni otros medios de reproducción. Me parece que alguna vez aclaro que colaboraron con él, en esta obra monumental, algunos alumnos de la Escuela de Bibliotecarios fundada por Jorge Basadre en la Bibiioteca Nacional, de la que era profesor. Ima matinal y otras estaciones del hombre de hoy, Alberto Tauro y Antonio Navarro Madrid, cada quien de modo complementario, prepararon la compiíación, de conformidad con un esquema dejado por el autor; y las notas las elaboro únicamente e/ primero. En La novela y la vida Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.36-37, 1990-1991

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