Fénix 36-37, [1-14]

consagrado a conmemorar ei Centenario de JosS Carbs Maríategui Presidía /a Comisibn Nacional y el Comitb de San Marcos; su ausencia material se hace ahora emblemática del resukado de los iraba~os qirs, en dimensión mundial, en el año cafendario, han comenzado ya a evocar al Amauta cien años después de su nacimiento. (ELCOMERCIO,I 3 . 0 3 . 9 4 ) CESAR MERO n todas las instancías de ka vida peruana, en Ia aka docencia, en la investigación historiogAfica, en la crítica erudita, en /a depurada creación jiteraria, estuvo presente siempre Alberto Tauro. Su desvelo pertinaz fue nuestro acontecer y nuestras vicisitudes, el problema de esta tierra y su destino. Pocas veces un hombre estuvo tan comprometido, tan espiritual y medulaamente confuncarido con su pueblo. Durante Bargos anos lo vi trabajar, construir, buscar afanosamente la verdad, combatir. Le preocupó ei desequilibrio social en que vive el Perú, su incoherencia, su condición de país investebrado. Alberto Tauro no regateó su accibn en los momentos de incertidumbre, tratando de llenar nuestros vacíos y despejar nuestras hcógnitas, desvelándose ante /a amenaza de las horas en que parece esfuviéramos perdiendo ei rumbo. No tuvo secretos para bI la vida peruana que sometió a un perseverante escrutinio y que alguna vez llegaría a la contradicción dialéctica y a la duda. Fue un peruano insatisfecho, un humanista. un hombre cabal. (BoletínInformativo del Centenario de José CarlosMariátegi, 25 . 02 . 94) Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.36-37, 1990-1991

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