Fénix 36-37, [1-14]

ESTUARDO NUNEZ Alberto Tauro en la Cultura Peruana LOS que mltábamos en la reforma universitaria de 1930. cuando aún estaba el debate vigoroso, abarcador e integral del hecho social promovido por José Carlos Mariátegui, pudimos anotar el advenimiento del grupo de la revista Palabra que conformaban Augusto Tamayo Vargas,José Alvarado Sánchez, José María Arguedas y Alberto Tauro. Significaron los nombrados y muchos más, la renovación de la inquietud dirigida a lograr un Perú mejor y además auténtico y constructivo. Alberto Tauro fue una de las voces más esclarecidas de esa generación y un intelectual verdadero y eficaz. Tauro no había alcanzado a conocer a Mariátegui pero en los años posteriores a 1930, bebía en sus libros la inquietud impregnada en los Siete ensayos (1928) y en las páginas crisfalinas y sagaces de La escena contemporánea (1925) y más tarde en los cabales ensayos de El alma matinal (1950). En esos años de formación, Tauro se familiarizó con toda la obra de Mariátegui y sobre todo, con las páginas de la revista Amauta (1926-1930), y luego se volcó en la coyuntura histórica de su época y en especial del Perú. Con ese caudai, prosiguió su desarrollo espiritural. Más adelante, habría de ofrecer un ensayo de ordenación de la obra total del maestro para desembocar, últimamente en la recopilación de los escritos de la etapa juvenil de Mariátegui (de 1914 a 1918), a cuyo análisis e interpretación reveladora ha dedicado precisamente los últimos años de su vida. Tauro se sintió ganado por /a historia como materia de enseñanza y por la historiografía como orientación en su trabajo de investigador. No estaba entonces vigente ni era habitual el rigor del trabajo intelectual ni tampoco era común que un historiador sintiese y mostrase en sus trabajos al par ¡a exactitud del dato y el aprecio por las buenas formas literarias. Tauro consiguió esa sirnbiosis del buen escritor humanista, cuya practica resultaba un tanto exótica en historiadores de poco cultivo literario y escaso rigor en el dato y en la exactitud de la cita. Su preocupación por el fenómeno social y su vocación historicista desembocaron prontamente en el campo de la investigación sobre las grandes figuras del acontecer peruano, sobre todo en el proceso del Perú republicano. Le interesaban corrientesy movimientos reveladores del drama social o del acontecer intelectual en los comienzos de la transculturación de Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.36-37, 1990-1991

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