Fénix 36-37, 125-145

aparece en la mencionada escritura. Por este medio se conoce que el capitán y tesorero Dávalos era propietario de la casa donde moraba, en Lima; de una chacra y huerta junto al río Rímac; de una deuda de 11.666 pesos ensayados que debía abonarle el negociante limeño Juan de Lumbreras; de 40.000 pesos corrientes que debía traerle de México el mercader Diego de Olarte; de 12.000 pesos ensayados que había remitido a Tierra Firme con Pedro de Avendaño para que se invirtiesen en la compra de mercadería; y, asimismo, tenía derecho a 1.500 pesos ensayados de renta sobre la encomienda de indios de Angaraes. Se observa, pues, un patrimonio de importante cuantía, cuya parte sustancial correspondía a negocios comerciales, lo que parece justificar las acusaciones levantadas en su momento por el visitador general Bonilla. Debido a la carencia de prole, resultó heredera única de todo ese patrimoniodoña María de Loaysa. La escritura testamentaria se abrió el 9 de agosto de 1599, después de la muerte de Dávalos, y a continuación -cumpliendo una orden del difun- to- debió de sepultarse su cadáver en la iglesia limeña de San Francisco, frente al altar con el retablo de la Virgen de la Asunción. Una semana más tarde la viuda de nuestro personaje procedió a realizar, ante la autoridad judicial, el inventario de las pertenencias que había dejado el funcionario de Hacienda. Hízose entonces una detallada lista de sus bienes raíces, joyas de oro, plata labrada, esclavos, caballos, mulas, vestidos de hombre y de mujer, armas, utensilios de casa, libros y otras cosas menudas que tenía (14a). El inventario de la reducida colección bibliográfica que poseía al momento de fallecer será objeto de nuestro análisis en el epílogo de este trabajo. 11. MATERIAS PROFANAS EN LA BIBLIOTECA En el registro de la biblioteca que nos ocupa se aprecia que, quizá por razones no meramente casuales, el fardo signado con el número 2 contiene fundamentalmente libros pertenecientes al ámbito secular, dedicados a las letras y a las ciencias, mientras que el fardo número 3 -menos voluminoso- incluye sobre todo textos relativos al culto y a materias teológicas (15). Los temas de naturaleza profana en esta colección pueden dividirse en tres áreas: la historia, la literatura y las ciencias. Un análisis somero de las obras correspondientes a cada una de tales áreas permitirá entender con algún detalle el interés intelectual existente en el mundo quinientista hispanoamericano. Hay varios cronistas del siglo XVI dedicados al estudio de la historia española. Aparece el canónigo zarnorano Florián de Ocampo, cronista oficial de Carlos V, que publicó los cinco libros iniciales de la Crónica general de España (NQ 6), obra que fue continuada luego de su muerte por el hombre de letras cordobés Ambrosio de Morales, quien extendió la narración histórica hasta el período de la ocupación musulmana (NQ 5). En cuanto a los territorios sujetos al dominio catalano-aragonés, figuran los Anales de la Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.36-37, 1990-1991

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