Fénix 36-37, 60-124

CUARTO DE SIGLO ESCUELA NACIONALDE BIBLIOTECARIOS 73 la República Manuel Prado, en enero de 1944. Del 1" de julio de 1941 al 10 de mayo de 1943 inventariarony catalogaron 20,000 obras, confeccionando un total de 100,000 fichas (Memorial de los catalogadores de la Biblioteca Nacional ..., 1944). Para los mismos empleados, la falta del más pequeño indicio de clasificación de las obras -dentro de cada una de las salas- comportaba una gran dificultad, superada sólo por los años de experiencia en el manejo de los fondos de la misma sala, ya que en todas ellas los libros se ubicaban por tamaño, según su fecha de ingreso. En lo referente a la colección que poseía la biblioteca era muy pobre, ya en 1925 José Carlos Mariátegui denunciaba esta situación: "La Biblioteca Nacional no corresponde a su categoría ni a su título. Su capital de libros, revistas y periódicos (contemporáneos) es insignificante ... Ni siquiera sobre tópicos tan modestos y tan nuestros como la literatura peruana, es posible obtener ahí una documentación completa ..." (J.C. Mariátegui, 1925); diez años más tarde, Carlos Pareja Paz Soldán hablaba de la "inutilidad" de la Biblioteca Nacional ("Inutilidad de nuestra Biblioteca Nacional", 1935) y ello a pesar de los esfuerzos efectuados por don Alejandro Deustua, quien fuera director de la misma de 1918-1928; Deustua se preocupó por adquirir obras del pensamiento contemporáneo y, como ya vimos, de la confección de fichas bibliográficasque orientaran al lector en su busqueda. El mismo Basadre refiriéndose a la colección expresa: "... Libros modernos sobre ciencias o técnicas casi no existían ..." (Basadre, 1981 : 449) En cuanto a local, era muy limitado, la sala de lectura contaba con mesas y más o menos 50 sillas; en los días de mayor afluencia de lectores -según una disposición que aparecía en un cartel- los menores de veintiún años debían ceder el asiento a las personas mayores y los menores de dieciséis años no podian ingresar a la Biblioteca. "Sus instalaciones -eran- tan pobres que permitieron la hipótesis del incendio por cruce eléctrico. Sus máquinas de escribir se caracterizaban por ser escasas y anticuadas ..." (Basadre, 1968 : 36). El gobierno, especialmente desde Leguía, se preocupó por las obras públicas, pero siempre se dejó de lado a la Biblioteca Nacional, la Cenicienta del Presupuesto de la República, como la llamara José Carlos Mariátegui. Las dos instituciones reseñadas, en el período previo a la creación de la Escuela Nacional de Bibliotecarios, pueden servir de pauta respecto de lo que en materia bibliotecológicase hacía en el Perú. Las bibliotecas de los colegios y las de las pocas universidades que funcionaban por ese entonces carecían de catálogos, algunos de ellos tenían inventarios puestos al día, es decir, se habían descargado aquellas obras que ya no estaban en circulación por deterioro o desaparición; hay que relievar la labor de los colegios de religiosos por la preocupación que en la materia tenían. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.36-37, 1990-1991

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