Fénix 36-37, 60-124

CAPITULO IV LA DECADA DE XL A) Aspecto Administrativo Al iniciar su funcionamiento la Escuela Nacional de Bibliotecarios en enero de 1944 contaba con dos autoridades: el Dr. Jorge Basadre que fuera su fundador y la Secretaria, Srta. Carmen Ortiz de Zevallos, bibliotecaria graduada en Madrid. El Dr. Basadre hasta junio de 1948, en que cesara en el cargo, no escatimó esfuerzo en la tarea de sacar adelante a la naciente Escuela, su preocupación iba desde los detalles más insignificantes hasta las acciones de mayor trascendencia; los que trabajaron con él así como sus alumnos recuerdan con cariño y gratitud sus afanes y voluntad de trabajo en favor de la Escuela y del desenvolvimiento de una conciencia bibliotecaria en nuestro país; su labor tesonera en este sentido -aún antes de su obra en la Biblioteca Nacional y en la Escuela de Bibliotecarios- es materia suficiente para otro trabajo de investigación o para un gran capítulo dentro de su biografía, y que, por razón fácil de discernir, no la podemos tratar aquí. La senorita Ortiz de Zevallos fue eficiente colaboradora del Director, su labor fue ardua como toda obra nueva lo requiere y, además, penosa por el hecho de no contar con lo indispensable para el buen desenvolvimiento del Curso; incluso careciendo de local propio, lo que determinó que en un lapso de cinco meses que fue el tiempo que duró el primer curso tuvieran que instalarse -como vimos- en dos locales cedidos en préstamo. En el segundo concurso de admisión, la Secretaria llevó la mayor parte del peso que él representó. Hacia mediados de 1945, surgieron problemas económicos en la construcción del edificio de la Biblioteca Nacional que obligaron la paralización de los trabajos, la tarea de reiniciarlos demandó grandes esfuerzos en más de una oportunidad e hicieron ver al Dr. Basadre lo precario de algunas instituciones en nuestro país, y así antes que se iniciase el dictado de clases, de la que habría de ser la tercera promoción, decidió la creación del Patronato para la Escuela, el cual fue sancionado por el Decreto Supremo de 25 de abril de 1946el que en su artículo 20. decía: La Escuela funcionará adscrita a la Biblioteca Nacional, disponiendopara ello de una sección especial en su local y bajo un Patronato presidido por el Director de la Biblioteca Nacional e integrado por los siguientes miembros renovables cada año: dos bibliotecarios peruanos profesionales egresados de escuelas extranjeras, dos profesores de la escuela, un Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.36-37, 1990-1991

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