Fénix 36-37, 60-124

CUARTO DE SIGLO ESCUELA NACIONAL DE BIBLIOTECARIOS 101 primera quincena de enero y los exámenes se rendirían en febrero, y si por razones imprevisibles no pudiese ser así, el Patronato señalaría las fechas más cercanas a las fijadas; de igual modo establecía que el examen médico debía efectuarlo el facultativo de la Biblioteca Nacional (1 l ) , así mismo fijó en 25 el máximo de alumnos que podían ser admitidos. Desde los primeros años los alumnos habían venido pagando derechos de matrícula y de estudios, el Estatuto-Reglamento dispuso becas -como ya vimos- para aquellos alumnos que efectivamente las necesitasen. Durante la gestión del ingeniero de Losada, el 27 de enero de 1959 se aprobó por Resolución Ministerial N%53 el Reglamento interno del examen de admisión, el que especifica minuciosamente los diferentes pasos que debían seguirse en el concurso de admisión desde la inscripción. Analizan- do su contenido observamos que daba algunas facilidades en lo referente a trámites; por ejemplo, si un postulante tenía incompletos sus certificados de educación secundaria -ya que las inscripciones se efectuaban en el mes de enero- podía rendir las pruebas de ingreso condicionalmente y al momento de la matrícula completaba la documentación. También en cuanto a la prueba misma se observa una mayor tolerancia, cierta benignidad, ya que disponía que los concursantes que fuesen desaprobados en el examen de mecanografía, en un plazo de tres meses podían efectuar el aprendizaje de dicha técnica bajo la supervisión de la Escuela, al cabo de dicho tiempo debían someterse a un nuevo examen. De igual modo, con respecto del curso de inglés, que fue desde los inicios de la Escuela el requisito sine qua non se admitía a los candidatos -recordemos que a los jóvenes que acudían a inscribirse para el examen de admisión correspondiente a 1945, es decir, para la segunda promoción, se les notificaba que era requisito indispensable conocer por lo menos un idioma extranjero (12), el Reglamento que exarni- namos permitja que los aspirantes que hubiesen desaprobados el curso de inglés en ei examen de admisión, fuesen admitidos en la Escuela. debiendo seguir estudios contro!ados de dicho idioma, simultáneamente con los estu- dios de ia profesión. Indudablemente la exigencia de que los postulantes conociesen un idioma extranjera constituyó factor seleccionador; en las de- cadas del 40 y del 50 solamente jóvenes de cierta condición económica y social disfrutaban de este bien cultural, el que iba acompañado de una mejor instrucción en general; este hecho si bien limitó el área de procedencia de los aspirantes, permitió también un alto nivel en la enseñanza y en el egreso de profesionales de calidad; a promociones de esos años pertenecen los más destacados bibliotecarios del momento actual, algunos de ellos prestigiados internacionalmente; la literatura bibliotecológica nacional de Desde el primer examen de admisión se había exigido un certificado que acreditara el estado de salud del postulante (Basadre, 1945) El Decreto Supremo de 25 de abril de 1946, en el inciso b) de su tercer artículo decía: "Aprobación en las pruebas del concurso de admisión dentro del cual se exigirá el conocimiento debidamente comprobado de uno o más lenguas extran- jeras." Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.36-37, 1990-1991

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