Fénix 39, 57-81

vecinos, en busca de rarezas bibliográficas. Alguien ha dicho que Durand mantenía con los librosuna suertede«relacióninccstuosm; los trataba, discutía y hablaba de ellos con verdadera pasión. Fue, en suma, un hombre múltiple, lleno de vida, casi obsesivo con los tcmas que cautivaban su atención -como la música, la literatura, la historia y los libro^.^ Pese a su ubicación profesional cn Europa y América del Nortc, el crítico limeño nunca perdió la vinculación afcctiva con el Pcní. Venía frecuentemente a su ciudad natal a la caza dc nuevas piezas para su biblioteca, y cn una dc esas visitas a Lima sufrió un derrame ccrcbral quc lo llevó a la muerte, el 1 dejulio de 1990, a los 64 años dc cdad. Rcspccto al tcma dc la bibliofiliaquenos interesa, es dignocitar el modo en que el profesorMonguió recuerda la pasión de José Durand por los libros: La colección de obrasde los siglosXVI y XVII, sobre todo españolas e italianas, en su biblioteca particular, acoinpanadas de numerosas rarezas de los siglos XVllI y XIX, son las dclicias (y la envidia) de cualquier estudioso. Visitar con Pepe una librería anticuaria o una buena biblioteca en venta era una lección en bibliofilia. Curiosear junto a él en una tienda de librosviejosera observarel arte de descubrir, entre montañas'de ~norralla. el peculiar legajo, el pliego de cordel, el folleto o el libro raros.5 Hallándose fuera del Perú en los años de 1960, Durand había comenzado realmente a formar su espléndida biblioteca. Su intcrés csencial fuc rcconstmir la colección dc libros quc pcrtcnccicron al Inca Garcilaso dc la Vega y su entorno. Consiguió csas valiosas cdicioncs dc los siglos XVI y XVII, dc fachua española, italiana,francesa,flamcncao alcmana, cn ciudades como Madrid y París. Más que amparado en un rico patrimonio -que en verdad no tcnía-, cl bibliófilo fuehaciendo crcccr su colccción a través de un profundo conocimicnto del mercado libresco y dc una serie de canjes inteligentes.Durandno llcvabaun registrodetallado úc laspiezas que ingresaban en su hogar, ni poseía siquiera un ex lihris personal; lo que el profcsor universitario compuso fucuna biblioteca de trabajo, no dc ornamento. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.39, 1997

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