Fénix 39, 95-123

dc ccnsos al quitar)), cuando los contratos no se ceñían a las condiciones cstablccidas por las leyes eclesiásticas y reales. En 1698, el fraile Jaymc de Lorclla en su libro ((Prictica en el Confesionario)) abordó con bastantc minucia el terna del contrato ccnsal a propósito del scptiino mandamiento y de las causas y uc excusaban de la . obligación de rcstituir, reiterando quc el ccnso era un acuerdo dc ((compray venta» de una acción y derecho para percibir dc Iri cosa vencida un rcdito anual)).El ccnso resumía Lorclla hacicndo gala dc erudición (cstcinptio ac vcnditio ivrisque ad solos rcnditussingulisaunis)). Y cn 1720el religioso doctrinarioFrancisco Lárraga, en su Prontuürio dc Teología Moral, a quienes todavía dudaban, Ics recalcaba que el ccnso no era un ((contratode mutuo, sino dc compra venta». ( 15) En un contríto cciisual el vendedor (occnsuatario) era la partc quc vcndía una pensión anual* desprendida de la renta o fnito dc un bicn raíz dc su posesión.** El comprador (o censualista) cra la parte que adquiría cl dcrccho a pcrcibir la pcnsión, pagando de contado el prccio de ella. El precio rccibía cl nombrc de principal y su monto total lo fi-jabala ley en índices rclacionalcs, estableciendo los milcs de maravcdís de principal que debían darsc por cada mil maravcdís dc pensión.*** Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.39, 1997

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx