Fénix 39, 95-123
Los casos siguientes ilustranbastantebien, el peso dañosoque tenían los censuatariospoderosossobre los interesesde la institución. El primero se refiere a la historia de los préstamos que se otorgaron al rey durantelas cuatroprimeras dccadasdel siglo XVII, quc cn su conjunto ascendieron a 249,625 pesos." En 1756 la Coronano sólono había redimido estc principal, sino que además adeudaba por los intcrescs dcvcngados la suma de 1,120.483 pesos. A cstc débito sc agregaban otros derivados de los recursos que la corona había obtenido de la Caja durante el lapso 1635- 1672,para sí y para cubrir los déficitsde su tesorcríamatriz de Lima (en los rubros de situados. guerra, salarios, Huancavelica,socorros, etc.), y por los cuales hacia 1700debía la suma de 8 1 1,978pesos. En 1 763 el oficial real J. Leuro calculóquepor los dinerosrecibidos hasta principios del siglo XVIII. SuMajestad adeudaba a la CGCI la cantidad de 1,047.641 pesos de intereses no amortizados y 357,4 1 5 de principalesno redimidos (total 1,485.030).(7) Lo ocurridocon el Virrey Montesclaros es otro caso ilustrativode lo que el poder del censuatario significaba para la Caja. La suma que se le prestó de los censos de indios (92,000pesos), él y sus fiadores la abonaron sólopor que la sentencia deljuicio de residencia los compelió a hacerlo. (8) Dificultades parecidas fueron corrientes en las cobranzas de las obligaciones suscritas por los señores de la tierra, sobre todo cuando estos poseyeron un títulonobiliario. Comoya semencionó, la morosidad también debío su existencia a una gestión financiera inadecuada de los fondos de la Caja. Por dolo o irresponsabilidad no se tenían actualizadas las cuentas de los clientes, o éstasno eran lo suficientementeclaras para conocercon precisión los débitos. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.39, 1997
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