Fénix 4, 687-696

LA BATALLA DEL LIRRO1 Organizada por uno de los más inteligentes y laboriosos editores argen- tinos, Samuel Glusberg, director de Babel, se ha realizado recieriteinente en Mar del Plata la Primera Exposición Nacional del Libro. Este aconteci- miento, -que ha seguido a poca distancia a la Feria Internacional del Libro-, ha sido la manifestación más cuantiosa y valiosa de la cultura argentina, La Argentina ha encontrado de pronto en esta exposición, el vasto panorama d e su literatura. El volulmen imponente de sil producción Iitcraria y científica le ha sido presentado, en los salones de la exposición, junto con la extensión Y progreso de su movimiento editorial. Hasta hoy, no obstante el número de sus editoriales, la Argentina no exporta sus libros sino en muy pequeña escala. Las editoriales y librerías españolas mantienen, a pesar del naciente esfuerzo editorial de algunos países, una hegemonía absoluta en cl mercado hispano-americano. La circulación del libro americano en el continente, es muy limitada e incipiente. Desde un punto de vista de libreros, los escritores de La Gaceta Literaria estaban en lo cierto cuando declaraban a Madrid nieridisno literario de Hispano-América. En lo que concierne a su abastecimiento de libros, los países de Sudamérica continúan siendo colonias españolas. La Argentina es, entre todos estos países, el que más ha avanzado hacia su emancipación, no sólo porque es el que más libros recibe de Italia y Francia, sino sobic todo porque es el que ha adelantado más en materia editcrial. Pero no se han creado todavía en la Argentina empresas o asociaciones capaces de difundir las ediciones argen- tinas por América, en competencia con las librerías españolas. La compe- tencia no es fácil. El libro español es, generalmente, más barato que e1 libro argentino. Casi siempre, está además mejor presentado. Técnicamente, la organización editorial y librera de España se encuentra e11 condiciones su- periores y ventajosas. El hábito favorece al libro español en Hispano-Amé- rica. Su circulación está asegurada por un comercio mecanizado, antiquísimo. El desarrollo de una nueva sede editorial requiere grandes bares financieras y comerciales. Pero esta sede tiene que surgir, a plazo más o menos corto, en Buenos Aires. Las editoriales argentinas operan sobre la base de un mercado como el de Buenos Aires, el mayor de Hispano-América. El éxito de Don Segundo Sombra y otras ediciones, indica que Buenos Aires puede absorber en breve tiempo, la tirada de una obra de fina calidad artística. ( N o hablemos ya de las obras del señor Wugo Wa s t . ) La expansión de las ediciones argentinas, por otra parte, se inicia espontáneamente. La? traducciones publicadas por Gleizer, "Claridad", etc., han encontrado una excelente acogida en los paises vecinos. Los libros argentinos son, igualmente, muy solicitados. Glusberg, Samet y algún otro editor de Buenos Aires ensanchan cada vez más su vin- 1 Publicado en Mundial, Lima, 30 de marzo de 1928. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.4, julio-diciembre 1946

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