Fénix 4, 742-751
organizaran viajes a las diferentes comunidades, para promover discusiones, (dictar conferencias, estudiar nuestro folklore, filmar peiículas educativas, es- tudiar el nivel de habilidades de nuestro pueblo para la lectura, promover pro- gramas de radio, en fin. Esto sería una contribución de nuestra universidad al desarrollo de la cultura en nuestro medio y a la formación de leaderes so- ciales que tanto se necesitan para orientar los servicios, par2 luchar porque nuestro pueblo continúe su desarrollo ascendiente y para poner en el corazón de cada hombre una esperanza, un conocimiento, una lección. Panamá carece de todas las agencias mencionadas en las líneas prece- dentes. Por otro lado se nota una preocupación general porque el bienestar gcneral se consiga. El progreso y desarrollo integral de nuestra Patria po- dría conseguirse si nuestro pueblo pudiera vivir una vida más armónica y; icompleta y si la república pudiera colocarse a la par de aquellas naciones más civilizadas del orbe. Tiempo es de que pensemos en el deber en que todos los ciudadanos de buena voluntad estamos para contribuir al desarrollo inte- gral de la nación por medio de un planamiento ICgico y coordinado de las agen- cias que prestan servicios de diferente índole en nuestro medio. Coordinar todas estas agencias y colocarlas en un lugar que pcdría llamarse "Casa del Pue- blo" o tal vez "Centro de la Ccnunidad" ~ o d r í a ser la solución para obtener un sistema educativo integral en nuestra Patria, y3 que educación no es sólo la que se imparte en la esciiela sino la acción de todas las agencias de la re-. pUDlica coordinadas. Parecería pues 16gico que para llegar a1 grado de fe- licidad que anhelamos, un "Centro de la Comunidad" o una "Casa del Pue- blo" fuera la respuesta de este problema. Estos centros incluirían escuelas, bibliotecas públicas, unidad sanitaria, agencias agrícolas, museos y galerias de arte. Los programas educativos vocacionales se podrían adelantar en las aulas de clase, durante las noches o bien durante los períodos de vacaciones de los escolares. Conferencias, discusiones, cinematógr~foy actividades so- ciales en el auditorio. El médico de la comurridad estaría listo para cooperar en cualquier proyecto que signifique mejora comunal. Igual sería el caso de las agencias agrícolas. El bibliotecario sería un coordinador, siempre Iis- to para ofrecer información en cuaIquier materia, cursos de lectura a los adul- tos, jóvenes y niños, disc~isiones y conferencias y listas de libros y -muchas otias actividades, asesorado siempre por Ics profesionales de crda ramo. Ca- da cual tornaría la mirada a la 'Casa del Pueblo" como el lugar en donde po.- dei encontrar 13 solución de los propios problemas y de los qLie confronta la coiliunidad. Sería imposible que, por lo estrecho de su presupuesto, Pnnamh pudiera contar con escuelas, bibliotecas y otras agencias sociales coino las que aquí se han mencionado, como entidades 5eparndas. Por lo tanto seria aconseja- ble que todas funcionasen en un sólo sitio. Es necesario recalcar aquí para que se comprenda con mayor claridad nuestro punto de vista, que el sistema panameño de bibliotecas públicas fun- Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.4, julio-diciembre 1946
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx