Fénix 4, 752-760
La ceremonia de presentación tuvo lugar justamente poco antes de me- diodía, del jueves 4 de Julio en el Salón Pizarro del Palacio de Gobierno. Después de una indicación del Ministro de Educación (que es la figura cen- tral en la fotografía) me levailté y leí en castellano un discurso que duró vein- tisiete minutos, la fotografía tomada antes muestra eE comienzo de esta tor- turante hazaña. Se me vió menos seguro al final de eíla. Las expresiones raras de varios de los eminentes intelectuales y hombres de Estado del Perú incluyendo al Doctor Basadre que está al extremo, quizá indiquen la calidad cle mi actuación. El más próximo a mi es el Dr. Sánchez luego el Embajador de Estados Unidos, después el Vice-Presidente Gálvez. Los periódicos pu- blicaron íntegramente mi discurso incluyendo sus notas. El Doctor Basadre contestó con un bello discurso que también fué pu- blicado por los diarios. Sería arriesgado sacar conclusiones de una visita tan breve co,no la que hicimos al Perú; pero puedo asegirrar que todos han sido tan amables y hos- pitalarios con nosotros que no hay duda cle que nuestra visita ha sido justa- mente apreciada, que cualquier aytida que les podamos prestar será bien re- cibida y que el Perú tiene una c~ilturade la que nosotros los norteamericanos podemos aprovechar mucho: que la historia del Períl es estudiada seriamente y muy apreciada por sus intelectuales y hombres de Estado y, en fin, que cuestro país puede asumir !a tarea de desarrollar ia amistad con este vecino del Sur. En materia de bibliotecas se nota un desarrollo alentador en pleno florecimiento. Todo lo que hagamos por contribuir a su mejor futuro será en provecho de todo el hemisferio. Nos levantamos a Ios 4 de la mañana el domingo 7 de Julio y dos horas más tarde estábamos en Cali, Colombia. Un auto del Consulado Norteame- ricano nos esperaba en el aereopuerto, para llevarnos al I-Iotel Alférez Real. Por motivos de salud el Cbnsul Weldon Litsey no pudo comunicarse con nos- otros hasta el día siguiente después del desayuno, sin embargo, visitamos la ciudad en forma muy completa. A la mañana siguiente visitamos el. Conser- vatorio de Música y las oficinas del Consulado. En el Conservatorio tuvimos ia sorpresa de encontrar í~iesperadamenteun programa muy adelantado en la enseñanza de la música y ediicación artística. Nos ofrecieron un recital de violín de gran calidad; el animador que preside esta Institución es el Sr. Anto- nio María Valencia. De Cali y el Valle de Cauca volamos esa mañana y las primeras horas de la tarde sobre una región montañosa, hasta Bogotá, la capital de Colombia. $allí pasamos dos días de intensa actividad, desde temprano en la tcirde del lunes al miircoles avanzada a maiiana; no habiendo encontrado al grupo qile nos esperaba en el aeropuerto, cj::e por aviso del Departamento de Estado creia que llegaríamos en el avión de MedeIlín, nos eqr~ivocaniosde hotel y almor- zamos muy tarde. Un poco después nos pudimos comunicar con la Embajada (tienen una especie de servicio telefónico, pero es difícil dejar el almuerzo para Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.4, julio-diciembre 1946
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