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ilamar cuando se tiene hambre). Puestos al habla con John W. Campbeil, el Agregado Cultural, asistimos en !a Biblioteca Nacional a la ceremonia de entrega de un gran donativo de libros publicados en Chile que hizo el Emba- jador de ese país inaugurándose luego una exposición de Arte Chileno. Ger- rnhn Arciniegas, Ministro de Edtlcacion de Colombia, conocido historiador que por bastante tiempo enseñara en las Universidades de Estados Unidos agradeció con un fico discurso. El Presidente en ejercicio y el Presidc~tc Electo de Colombia f la entrega oficial del mando fué el miércoles), estuvieron presentes. Allí encontré al Director de la Biblioteca Nacional, Dr. Enrique Uribe White, al Jefe de Catalogación S!:. Manuel José Forero y otros. De esta reunión pasamos a casa del Sr. Campbell para conocer a la señora Camp- beíl y fuimos a comer con el Embajador norteamericano disfrutando de una agradable y provechosa velada. El programa del día siguiente incluyó una visita a la Biblioteca Nacional y a la Escuela de Bibliotecarios, una breve visita a Ia exposición chilena, una visita a la Ciudad Universitaria, una visita a ia viuda del finado estadioso y "leader" cultririil Daniel Samper Ortega, una visita al Banco be Colombia, para ver la colección de joyas pre-colombinas, etc., un largo paseo en auto por ~Ieroii las afueras de Bogotá, y una comida con el Dr. Llribe tVhite a la que asisc' eI Ministro de Educación. la Sra. de Arciniegas, el Embajador norteamericano y otras personalidades. Al día siguiente antes de ixxcl-iarfios visitaxnos el bien ccnociclo Centro Colombo-Americano cuyos níirnerosos programas de lingüistica, técnica bi- bliotecaria y cultura general están bajo la dirección de john A. Hloyd con la la eficiente ayuda de la Bibliotecaria Srta. Cecilin Jimt:ii.ez y otras; la Srta. jiménez es también directora de la Escuela de Bibliotecarios. En Medellín nos entrevistnmos con la prensa a eso de las 5 de la tarde e s eI noderno 1-Iotel Nutibaca. Allí estuvo un periodista que había hecho una jira por los Estados Unidos hacía un ano más o menos; almorzó conmigo en la Biblioteca, Julio C. Hernández, Director del diario "El Colombiano". Después de la ccnfesencia de prensa, seguimos el programa de visitas orga- nizado por Jorge W. Slcora, vice-cónsul norteamericano. Estc ií-icltlía la Uni- versidad de Antioquía, la Pontificia Universidad Bolivariaiia (Director Dr. Fernando Panesso Posada), los nilevos terrenos de la ciudad Universit~ria etc. Luego dimos una vuelta por la ciudad al atardecer, cuando se eiiceri- dían las luces; y en Ia comida con el Sr. Slcora pudimos apreciar cómo sabe el mejor café del mundo (el de I\riedellín por supuesto) cuando lo preparan los e:cpertos. E.n las primeras horas de la tarde, después de un agradable vuele, llega- nios a Balboa. E! calor nos rno!escó Dastaíite, después de haber dislrutodo una semaira y inedia de cna tec~pcratrirnmuy agradable. Comimos con el Minis- tro de Edccación Ds. José D. Gicspo, el Director de la Biblioteca Nacional, Licenciado Galileo Patiíío y el Agrecaclo Cultural a lo Ernbajada de Estados Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.4, julio-diciembre 1946

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