Fénix 4, 761-773

Creo que por este camino se llegará a una verdadera economía, pues que- darán aseguradas, además de la imprescindible .uniformidad, las siguientes ventajas en la catalogación de obras de valor relativo: 1 ) Menor tiempo de catalogación. 2 ) Menor tiempo para la duplicación de fichas. 3 ) Menor tiempo para el control y revisión de las fichas duplicadas. 4) Menor cantidad de material y espacio de ficheros para obras que en catalogación comíin exigirían más de una ficha. 0 Las notas especiales constittiyen otro de los graves problemas que debe a.frontar el catalogad-or, aunque son válvulas de escape para muchas dudas y vacilaciones. Su limitación puede ser también fuente de economía, pero creo que es necesario analizar el problema con un sentido no de pura eliminación, si20 mejor aún de sustitución, para dar cabida 3 datos de mayor interés e im-. portancia. Las reglas de A. L. A. son, sobre este particular, amplias y precisas. El trabajo de Olive Swain, que muchos usan cchmo guía en la reaacción de estas notas, pone de manifiesto una labor tesonera de compilación. Pero se justi- fica preguntarse si es económico y lógico utilizar todos esos tipos de notas. Mi punto de vista es, a este respecto, negativo. Reproducir entre comillas una frase sacada de la solapa de un libro, redactada muchas veces por el autor o editor con fin comercial, es dar una información que puede no ser exacta. In- dicaciones como las tan difundidas "Título en rojo y negro", "Impreso a mi- meógrafo", "Impreso a dos columnas", etc., pueden ser de interés para ciertos trabajos, pero para la generalidad resultan superfluas. Además, el orden de las notas especiales responde a un criterio que no contempla las necesidades del lector medio. Por rara coincidencia, todas aquéllas que figuran en primer lugar, tienen valor puramente bibliográfico, y el lector, para llegar a las que le interesan realmente, que son las de carác- ter descriptivo --contenido parcial, contenido, etc.- dehe perder su tiempo en !a lecttira de notas cuyo significado generalmente no alcanza, corriéndose así el riesgo de que termine por eliminar su consu!ta en forma total, y en coc- secuencia, perder una magnífica oporttiilidad de suministrarle información co~iiplementaria y útil. Lo ideal sería, sin duda, la sustitución de gran parte de las notas espe- ciales por otras de juicio y valoración. Pero aquí e1 camino se vuelve doble- mente peligroso y presenta muchos más riesgos, pues nos encontramos en e]. campo de la catalogación anotada. Y para poder encararla con probabili- dades de éxito son necesarios, además de un buen dominio de la técnica ca- talográfica, un buen conocimiento de la materia de que tratan los libros, su relación con otros, la autoridad del autor, el conocimiento de sus restantes obras, la historia de las distintas ediciones. Las notas de la catalogación anotada serán de gran eficacia en la ayuda del lector, pero pueden constituír un elemento negativo si han sido redacta- das sin la capacidad y experiencia que requieren. Catalogación anotada pue- Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.4, julio-diciembre 1946

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