Fénix 4, 761-773
Ninguna de nuestras universidades ofrece una denominación que se ajuste a tales requisitos, y muchas de ellas son descentralizadas. En el caso de la Universidad nacional del Litoral, con escuelas en Santa Fe, Rosario, Paraná y Corrientes. Registrar estas publicaciones por el nombre del país será una solución lógica. Desgraciadamente, aquéllos que buscan en las reglas de la Vaticana cri- terios que aclaren este problema, encontrarán en la ejemplificación de las re- glas correspondiente cierta anarquía, y casos tales como. Perú. Biblioteca nacional, Lima. Montevideo. Biblioteca nacional. El contraste es evidente, así como la falta de un criterio definido. ENCABEZAAdlEMTOS GEOGRAFICOS. Las reglas destinadas a dar directivas sobre la for.ma de determinar los nombres geográficos no encuentran en A. L. A. tratamiento tan amplio como el que merecen los restantes aspectos de la catalogación. Por el contrario, las de la Biblioteca apostólica, son más extensas y solucionan mayor cantidad de casos dudosos. Si se comparan ambos códigos podrá observarse que sólo 8 de las 15 reglas qi'e destina las Nortrras del Vaticano, encuentran trata- miento senejantz en las dc F. L. A., ofreciendo éstas una no incluída en la priincra y que se relaciona con los lugares geogrAficos alemanes dedicados a curi:cienes y que comienzan con la palabra "Bad". El punto más importante a considerar aquí es si el nombre de las ciudades debe ir en los encabezamientos en la lengua del país o en la vernácula. Las normas de A. L. A. nada declaran específicaniente, y las del Vaticano se manifiestan en favor de la forrna vcrnáceila. Abona este juicio el hecho de que en el prólogo del código de catalogación de Ia Biblicteca apostíPlica, se dice que por ser esas reglas destinadas a redactar un caiáIogo para un pír- blico cosmopolita que concurre de todas partes del mundo a consuitarln, debi- do al tipo de sus colecciones, se prefiere dar el n o ~ b r e de las ciudacles eq su lengua vernácula y no en la forma tradicional italiana. Pero es indudable ' que en nuestras bibliotecas, donde no concurre un público tzn variado, será para el lector tarea mucho más fácil encontrar una ficha eíacabezada por La Haya que por S' Gravenhage, y para el catalogador será un ahorro apre- ciable de tiempo. Por otra parte, y con el objeto de encarar e! complejo problema que pre- sentan las publicaciones oficiales relacionadas con nuestros países en la épo- ca del dominio español y portugués y en el período de su organización na- cional, sería de sumo interés agregar una regla que, de acuerdo con el espí- ritu de la 95 del Vaticano, "Países con forma política diversa", ofreciera so- luciones o guías adecuadas. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.4, julio-diciembre 1946
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