Fénix 4, 774-784
ser humanos. Por lo mismo que aquí se ha de clasiliczr de preferencia rrna materia y por lo mismo que esa materia casi siempre est3 ya ,~u:orizadanlente tabulada, la cuestión podrá resolverse adoptando el cuadro teórico esíablecido para aplicarlo al catálogo de manera paulatina. Luego, e! ejercicio cotidiano y la experiencia atenta y debidamente aprovechada darán resultados qu?, si no convalidaii una lógica fozrnal del sistema, por lo menos encauzan con alguna seguridad el tratamiento fructífero de !as coleccioiies y permiteai. ateil- der de aanera proficiente al lector, casi siempre teci~ico,de talss bibliotecas, Para catalogar, por ejemplo, una biblioteca cuya coleccion consista en publi- caciones relativas al estudio y trataniiento de alienados podrían seg~iirsedos paucus fundamentales que para este caso existen en el PerU: la riasografia e,.tt. abiecida ' - por 'la Cátedra respectiva de la Facultad de ciencias médicas y la clasificación de e~ifermedadesmeritales vigente en el frctlocomio de Lima. La primera sería la fuente de los epígrafes, cuya terminología incorporaría en lo posible los programas, variándolos quizá sólo porque !o exija el sspacio dis- ponible en la ficha; y la segunda podría utilizarse para la nctacior?, adurian- dola con algún esquema autorizado como, vgr., el de Eileen Cunninghatn. Lo expuesto .para esta colección podría valer, niufafis tnutendis, para las de otras aliistica, bibliotecas especiales cuya rama científica, literaria, I~istúrica, jurídica, - - - técnica, etc., etc., corresponda a una de las facultades o de los iilstitutos de la Universidad; y podría valer también, con las variantes del caso, para las de otitis instituciones en las cuales fuera posible seguir un prolegómeno de cla- sificación y de terminología. m Este criterio, en cambio, es inaplicable -por lo menos tal como ahora se organiza- al catálogo de la biblioteca general, múltiple por su materia y pluralísimo por su función, mientras no haya, si no dogma instituido con valor universal y permanente, siquiera tabla regular o guía metódica que incluya definiciones y divisiones fundamentales. Porque no podemos decir, desgra- ciadamente, que las tengan la clasificación decimal de Dewey ni la establecida en la Biblioteca del Congreso estadounidense, aunque, de hecho y de derecho, han de aplicarse en los países iberoamericanos, no únicamente por necesida- des inmedjatas, sino por no haberlas mejores ni más autorizadas. Sobre la base de ambas -como se viene haciendo en el trabajo catalográfico de la Bi- blioteca Nacional (especialmente en las secciones de historia y geografía pe- ruanas; cf. Fknix, No 2, 1945) - ha cornenzado a formularse un registro epi- gráfico propio, con terminología precisa y reglamentada, pues en ellas hay, en efec.to, partes que, por no depender rigurosamente de tabla teorica ni de sistema nomológico, son susceptibles de una constante cr;tica rectificatoria n .. . integrativa en sentido nacional, que aEada lo quz f a l t~i , q~ l ccnrrljn !o q:ie yerra y que suprima lo que sobra. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.4, julio-diciembre 1946
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