Fénix 4, 774-784
La síntesis Vaticana. Al mismo tiempo que el problema de la notación y del epágrafe, cuya esencia debe consistir, según aconseja Ortega y Gasset, en tina estadística ideonómica, ha de resolverse el subsidiario de su ordenamiento en el fichero. Entre el catálogo diccionario y el catjlogo sistemático o metódico --que, en último análisis, no se excliiyen- cabe, desde luego, una sintesis superior que importe las ventajas de ambos sistemas y elimine sus desventajas hasta donde las reglas pertinentes lo permitan. El profesor Aguayo (en su "Ca- tálogo clasificado y catálogo diccionario", La Habana, 1945, p, 19), defensor autorizado del catálogo diccionario para la bibiioteca general, indica, no obs- tante, que "algunas biblioteczs recien organizadas a la moderna, como la Vaticana, apuntan ya una solucijn al confliclo aparente entre los intereses del investigador y los del gren público", diciendo que ella cor:siste "en orgae nizar dos tipos de catálogo: uno, diccionario, para el lector general; otro, cla- sificado, para especialistas"; y, sin desconocer el valor de esta so!ución, apun- ta sólo una dificultad -que nosotros tampoco hemos de sul;estiaar--: "la falta de posibilidades materiales". Aparte de los escollos econóinicos y de otros que aparejaria tamaña du- plicucion del trabajo catalográfico (personal, organización o instrucción téc- nica), suponemos que esta solución confiere muy mayor validez al posible establecimiento del catálogo general --y, por supuesto, de la colección res- pectiva- como un orden y un servicio de catálogos especiales. Con sus inconvenientes financieros y con sus dificultades organizativas, nos parece que lo propuesto y logrado por la Biblioteca Apostólica Vaticana constituye, en la historia de la catalogación, la única síntesis efectivamente superadora del diccionarismo y del metodismo exclusivos, pues, entre la tesis que pro- pugna un servicio de preferencia especialista, académico o de élite, y la antí- tesis -tan en boga en la política bibliotecaria estadounidense- que, por de- dicar el servicio al mayor número de lectores, está siempre propensa a some- terse al imperio de la vulgaridad, presenta la síntesis, que da al César lo que es del César y que da a Dios lo que es de Dios (conforme a la doctrina secular de la Iglesia Católica): la cozxistencia de un catálogo diccionario, pzra el servicio del lector semiculto, y de un cat51ogo clasificado o sistemá- tico para el d.e lectores cultos e investigadores profesioi~alcs. Ello importa el reconociniento de los hechos que el tratamiento catalog~álicorac~lentrs en su pwctica y, adtrrifis, el de los derechos de ambas c!aves de lector-es. pties, si ~ C S aue t:ece c? !a cultcra el sernicuito o el incttlto deben ser xspeta- clos y atenclidos en forma solicita y proficielite, no cleben sedo menos, cn ningún ~erlti~do, los que tiene a la consul~a,a la investigaciCr, y al estudio, el culto, el profesiona! o el ecpecia!icta. Ya el mismo profesor Asuayo men- ciona otras blblloteces que, aprouirn$ncio.;e a In sabia actitud servicial de la Apostólica Vaticana, "organizan, pcra uso de los investigedores y sabios, Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.4, julio-diciembre 1946
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