Fénix 4, 785-812

BIELIOTECAS INFANTILES Y ESCOLARES 809 la alumna, que puede concurrir durante sus horas libres. Pero se corre el riesgo de que las más estudiosas no descansen de sus tareas escolares y ago- ten su cerebro con trabajos de investigación. Las mismas variantes se observan en el funcionamiento del servicio de consulta. En algunas partes, según las posibilidades de la biblioteca y los conocimientos de la bibliotecaria, se favorece la investigación acuciosa y voluntaria de las alumnas: acuden éstas en busca de material apropiado pa- ra llenar una necesidad específica y lo obtienen. En otros, mientras trans- curre la hora de lectura, deben las niñas sustraerle cierto tiempo Y dedicar- lo a anotar determinado número de palabras desconocidas con el objeto de hallar las correspondientes definiciones en los diccionarios. Desde luego, la iniciativa y el gusto personal de las muchaclias, se encuentran bastante alejados de esta tarea, que si bien sólo fastidia a las mayores, se torna en verdadero tormento para los menores. Los fines culturales perseguidos al imponerla, no ~610fracasan, sino que se despierta en las niñas fuerte aver.- sión hacia la lectura. Quizá, el más grave defecto encontrado en la organización de la hora de lectura dentro de las bibliotecas escolares, radica en la obligación que suele imponerse a las lectoras de presentar a la maestra de Castellano un resumen de 13 obra leída, puntualizando detalles concernientes a la epoca, el lugar y los personajes que intervienen en la acción, más un pequeño co- mentario. Ocioso es decir que, al cabo de tantas y tan fuertes disposicro- nes, Ia afición literaria de las alumnas ha de resultar bastante maltrecha, sin contar el excesivo desgaste que las menos capacitadas físicamente deben so- portar; estudiantes hay que, en su temor de errar en el resumen, aprenden de memoria trozos íntegros de los libros que leen. Cada maestra decreta la obra que se entregará a la niña. No es raro que las preceptoras encuentren ociosa la lectura de cuentos. El servicio de circulación no ha sido debidamente organizado en la ma- yoría de las bibliotecas escolares de enseñanza secundaria. Se restringe, en primer término, a las profesoras y alumnas de años superiores; luego se concccie a estas plazos que, invariablemente, comienzan la tarde del sába- do para concluir, de modo inmutable, en la mañana de¡ próximo lunes. En cambio, las maestras pueden retener los libros indefinidamente, perjudican- do a las alumnas. En Eesumen, aunque pueden haliarse en nuestro medio bibliotecas es- colares cuya ubicación e instalaci6n son eficientes, poseedoras de coleccio- nes bien constituídas y eficientemente preparadas mediante perfectos pro- cesos técnicos, no se ha logrado obtener, dentro del mecanismo de su fun- cionamiento, ta colaboración indispensable entre la bibliotecaria y la maes,, tra, ni puede tampoco afirmarse que rindan en la actualidad un eficiente servicio de acuerdo con las normas modernas del servicio bibliotecario es- colar. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.4, julio-diciembre 1946

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