Fénix 4, 785-812
Conferencias y charlas sobre libros. - En lo que respecta a los valores literarios infantiles, la bibliotecaria encargada de la administración del de- partamento sería, idea!rneilte, guía y mentora de la sociedad. Desde luego, sólo cuando desarrolle sus conocimjentos por efecto de renovadas lecturas y adquiera extensa experiencia, le será posible adquirir perfección en este aspecto de sus actividades; hasta entonces es aconsejable que ofrezca so!a- mente charlas sencillas, que versen sobre pocos libros, capaces de ser vin- culados, por su fondo o por su forma, a teorías e hipótesis generalmente aceptadas. El fin inmediato que se persigue con este servicio es atraer el interés de los oyentes hacia determinados materiales bibliográficos; de ahí la im- portancia de su éxito. Leer en voz alta, es arte que requiere entrenamien- to similar al exigido para el relato de cuentos; pero, al fin y al cabo, juega menor papel la memoria. Fundamentalmente, la charlista debe captar la for- ma de expresibn de1 autor, e interpretar con claridad su mensaje. Clubs de lectura. - Para los niños más avanzados, el club de lectura es el vínculo más seguro de unión a la Biblioteca. Aprovechando multitud de pasatiempos, la bibliotecaria sugiere la posibilidad de formar una aso- ciación y los niños recogen, de inmediato, la iniciativa. Algunas veces, la realización es protocolaria constituyéndose entidades regidas por comités directivos y sometidas a estatutos; otras, en cambio, sólo se consigue llegar al establecimiento de reuniones periódicas. De todos modos, se logra acentuar en los niños el afecto por la lectu- ra y mejorar sus hábitos de disciplina. Este servicio no excluye 10s deba- tes, las dramatizaciones, ni ningrín otro fin de carácter cientifico o literario. Dramatización; teatro de títeres. - Las dramatizaciones, como servi- cio ordinario, sólo pueden tener cabida en bibliotecas grandes, coordinada.? con el funcionamiento de clubs cuyos miembros sirvan de actores y aún de autores. En todo caso, el auditorio debe ser limitado. Objetivo principal del pequeño teatro es el ejercicio y e1 deleite de la imag<naci6n. Por consiguiente, se rechazan de su escenario las cosas su- perfluas. Los niños, por propia iniciativa consiguen los elementos indispen- sables para montar la obra proyectada: Y a manera de recompensa por sus esfuerzos mejoran y refinan su gusto artístico. Otro tipo de dramatización, igualmente conectado con la existencia de un club de lectura, es el teatro de títeres o de marionetas. Su importancia es menor que la del pequeño teatro, pero llega más fácilmente a cualquier género de auditorio y se afianza más en la afición. Ofrece a los niños opor- tunidad de expresar objetivamente sus sentimientos y los compenetra con las obras maestras de la literatura infantil. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.4, julio-diciembre 1946
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