Fénix 4, 813-838

un cuarto muy decente al bajar las gradas de la Catedral, desde don- de el Regidor de semana inspecciona todo, y está á mano para ad- ministrar justicia. Hay Casa Real, con dos Ministros de R1. Hacienda, que son Te- sorero y Contador; y un Balanzario, á cuyo cargo corre la fundicion F.6 de Barras de Plata y oro. Un Administrador de Aduana, otro de la Renta de Tabacos, y otro de Correos con sus respectivos Contadores y Oficiales, todos bien dotados. En Arequipa salo se habla la lengüa Castellana, pero con tanta finura, süavidad, y propiedad, como se pudiera en las Ciudades mas cultas de España: háy si sus nombres provinciales, como sucedr: en todas partes ( á ) . La gente Arequipeña es generalmente de buena estatura, de fac- ciones labradas, color blanco que tira á rubio, muy hálagüeña, po- co afecta al interes, y de corazon compasibo ( b ) para todo foraste- ro, quedandose todo escritor corto con respecto al general cariño de estos naturales, siendo constante en esta parte, como lo ha hecho ver la experiencia en siete años que piso este suelo, á pesar de las contrariedades que ofrece la presente época contra los que hemos na- cído aqui. Bien persuadidas las Señoras de Arequipa de que e! verdadero adorno de una Dama consiste, despues de la virtud Cristiana, que es el cimiento de todas, y el que las hace apreciables á la sociedad, es la ( a ) Vease el N" 48. ( b ) Quando murió el Yllmo. Sor. Encina, 35 Sras. de las prin- cipales corrieron ai Paiacio para llevar á sus Casas á los familiares que no somos de aqui, supiicandonos con lagrimas aceptasemos este afecto de compasion. F.6.v. la Iectiira, el dibujo, el piano, y el manejo economico de sus Casas, ninguna se desdeña en tomar con ahinco estos deberes, enseiiando con su egemplo á otros pueblos (á) que desconociendo esta virtud, se va- naglorían de ser eternas aciosas, creyendose hallarse bastantemente adornadas con el vestido y las alájas, que solo deslumbran al necio, pero que no atráe el aprecio del sensato, No les enseña poco esta verdad el ver diariamente llegar á Arequipa los jovenes de Europa, que habiendo vivido anteriormente por largo tiempo en otros pueblos del Perú, de mas riqueza, y mas recreaciones, llega un dia que todo 10 abandonan, y no bien entran cn esta Ciudad, quando prendados de las virtudes ya dichas de estas Serioras, se unen á ellas, y se es- tablecen para siempre aqui. No hace mucho vi llegar un exeicito ( b ) que habiendo corrido en sus conquistas desde el Tucuman hasta es- Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.4, julio-diciembre 1946

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