Fénix 4, 813-838
F.2 Bafia la Ciudad el Rio llamado ChiIi, ( á ) ó de Arequipa, del cüal despues de sacar varias grandes aséquias para el riego de sus campos, dan curso peremne á otras aséqtrias que diariamente corren por todas sus calles, de cuya agüa se valen para asearlas, arrastran- do estas las inmundicias; bien que en esta parte hay mucho descui- do, y no se logra del todo el aseo que franquéa tan bella proporcion. El famoso quimico Dn. ñadeo Jenk ( b ) al cxpzriinentar la sequedad de Arequipa, dixo, que á no haber por todas las calles aséquias, de- bía morir mucha gente. Mas sir, embargo de lo dicho, Arequipa go- za de una primavera continuada, pues ni se experi~nentafrio con ex- ceso, ni llega e1 calor al grado de causar molestias; asi es, que s e puede, y hay muchos, que tanto en el verano, como en el invierno llevan un mismo trage. De aqui es que todo el año se ve su carnpí- íía verde, produciendo de Estío á Estío tres frutos en el año, cuya alegre vista con lo blanco de la Ciudad, hace sea muy agradable y pintoresca. Pero todas estas prerrogativas de qr:e goza Arequipa, se disrni- nuye por e! peligro á que está sugeta de los continuos terremotos ( 5 ) Toma este nombre de la Quebrada Ilainada Chilina, por donde pasa antes de entrar en la Ciudad. ( b ) Naturalista de S. II?. de regreso del Asia el aíío de 1795 en las Corvetas la Descubierta y Ia Atrcvlda con destino á dar vuel- ta aI glovo. F. 2 . v. que se experiment~n. En el ario de 1720, atlc fué el ultimo, huvo de arruinarse toda la Ciudad, de cuyos estr~mgoshay hasta el clm vcstl- gios, y otros que recien se estan reparando; y lo Qiae es temblores los hay casn todos los meses; y quando retardan ectA !d $ente muy cuidadosa, por que eiltonces vlenea mas recios, y as1 qilieien que sea con alguna frect~encia. A!gunos creen, y no sin fundamento, no sea esto efecto de ¡os Volcanes, como opjnan inuchos sino Ciel ~.mpe:r:de los mares, pues es claro que slendo la causa dcl t sn t l o r la:, exhala- ciones y vientos que se ~ntroducenen las concav~dndecdc !a tierra, los que oprimidos por ia hurneciad, liacen cstc e5t;epiro para bciscar Ia salrda, es consiguiente sea ma s iacll de egendrarse y de salir en las inmediaciones del mar; asi es que se sufren estos movimientos ger,eralmentc en esta costa del Sur, !o que no sucede en !o interior del PerG, sin embargo de tanto Volcán corno h z y , piiles todos, ó la i ~ ~ a y o r parte de los Cerros tienen la apariemzcia de scr Volcanes, y quando han reventado algunos nunca han arrojado labas, sino azu- fre, y arenas, con mucho movimiento de tierra á gran distancia en coiltorno. Hace 27 años reveni6 uno en el Pueblo de Caridaráve, distante 30 legüas de esta Ciudad, desde cuyo riempo se le observa Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.4, julio-diciembre 1946
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