Fénix 4, 839-865
vice-Patrono / el Excelentísimo Señor Do í ~ Joaquín / de la Pezuela y Sjnchez, Munos de Velazco, / Caballero Gran-Cruz de la Orden Americana de / Isabel la Católica, Teniente General de los / Rea- les Exércitos, Virey (sic), Gobernador y Capitán / General del Rey- no del Peru, Superintendente / Subdeíegado de la Real Hacienda, y Presidente / de la Real Audiencia de Lima, &c. &c. 6c. / Siendo Rector / el Señcr Doctor don José Cavero y / Salazar, Abogado de esta Real Audiencia, In- / dividuo del Ilustre Colegio de esta Capital, Comandante del primer batallón del regimien- / to de línea de la Concordia Española del Perú. / Lima 1816. / Por don Ber- nardino Ruiz. ( 33 4", de 130x80; front. (retrato); págs. (5) -+ XLIV. En el tomo 1 de su "Bibliotecs Peruana" (página 295), Gabriel René-Mo- reno inserta la sig~lientenota, a1 describir y comentar este folleto: "El retrato de Pezuela y el escudo de sus armas son obra de Cabello. De- " dicatoria de Cavero y Salazar suscrita en abril 26 de 1817. En suma, los que "aquí hacen el gssto de la adulación en metros latino y castellano son un tal "J. P. de V., y un F. L1. Bien sabido es que el español Pezuela, menos cruel " que su antecesor el arequipeño Goyeneche, pero igualmente sanguinario, fué a " la cabeza de sus huestes bajo-peruanas el azote de las provincias alto-peruanas. " iniciadas estas últimas en la Revolución el año 1809 por los doctores de Chu- " quisaca, habían sido irrevocable y universalmente lanzadas el año inmediato " en ella por la crueldad del famoso arequipeño. Los dos versificadores son ad- " miradores de Pezuela, de aquel campeón valiente, que con su esfuerzo pudo domar a los rebeldes, y reprimir su orgu!lo: de aquel que en Viluma, Ayohuma y Vilcapugio a innumerables huestes a la razón redujo. "En esta última parte psdecen error los rimsdores. Los del Alto-Perú se "negaron a la razón. Vencidas las ciudades y las villas por las huestes bajo- " peruanas de Pezuela, abandonado el partido patriota por sus correligionarios "argentinos -(porque tenían demasiado qile hacer con su terrible anarquía y "porque se entendió que la guerra debía mudar de frente para ir a atacar por "mar y tierra al virrey en la metrópoli de sus recursos)- la insurrección alto- " peruana fué sin tregua sostenida por los montoneros campesinos, quienes acer- " taron a estorbar, cuando menos, que 5,800 hombres de tropas realistas c$oncu- " rrieran a la batalla de Ayacucho". En su "Biblioteca Peruana" (página 525), Mariano Felipe Paz Soldán des, cribe este folleto en forma muy deficiente: "Colección de las composiciones de elocuencia y poesía con que la Real Uni- "versidad de San Marcos de Lima, celebró el recibimiento del Virey (sic) Pe- " zue1a.-Lima, 1816, pág. 48, 89". Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.4, julio-diciembre 1946
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