Fénix 40-41, 101-146
---p.- El Santo Oficio ... / Carlos Alfonso Villanueva C. pared, en frente". Al poner térqino a su testimonio, el alarifehizohincapiéen que no vio sacar el tesoro.40 JuanMirandapues, en tanto testigo, era de los que cabían en el listadode oídas. No obstante ello, su declaración sirvióde algo al SantoOficio. Por una parte ratificó la versión del hallazgoy los autores del mismo; y de otra sirviópara conducir ante el Tribunal a otro testigo, este fueDiegoRomero. ¿Se tendríamejor suertecon esteúltimo? Maestro carpintero, nacido en Chiclayo, con mujer e hijos y casa al respaldodel hospitalde SanAndrés, Romerono recordóbien si el díaviernes o sábadode la semana que había pasado, por lamañana, ocurrióel público suceso. En lo central, afirmó que al abrir la puerta de su casa, vio algunas personzs escarbandoen el muladar, entre ellas a un negritode propiedad de unas mulatas que vivíanjunto a la iglesiade SantaAna, cuyosnombres sin embargo desconocía.A continuación, ofreciendoparcos detalles sobre el pequeño, Romero le calculó unos nueve o diez años de edad, y que en momento del encuentro llevabauna criatura cargada. Según el carpintero, entablódiálogocon el negrito,preguntándole"quién abíaandado escabando por allí, tan demañana", pues recordó enteCastro, que aún no eran las seis. Su interlocutor,segúnrefirió, respondióque "dos fraylesdeSanFrancisco y unos indios abían sacadode allí dos barras dePlata i dos talegas de Reales yun cofie~illo". Acontinuación,elmismocarpinterosostuvohaberpreguntado también al negrito cómoera que lo sabía; a lo cual éste le dijoque "abía visto sacar.. . el te sor^".^' Romero, aparte de lo declarado, refirió que como a medio día llegó a su tienda un conocido suyo: el capitánJerónimo Pérez deAnticona, persona con quien sostuvohaber conversado acercadel entoncesya sonado suceso. 4 O 41 Ibídem, fols. 5-v Ibídem, fol.6~. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.40-41, 1998-1999
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