Fénix 40-41, 101-146

--A- El Santo OJicio ... / Carlos AIfonso Villanueva C. calzaría su cuerpo, y una tanda de latigazosa determinar por su reformador desgarraríasumorena piel.*' Luegodepracticadas lasactuacionesconFolupo, la causapara el Tribunal de la Inquisiciónseperfilabadefinitivamenteadversa,esdecir,realistarnente, seperdía la esperanzade hacerse del tapaditodel respaldo de SanAndrés, sospechadobien de un judaizante. Sinembargo, el inquisidorCastrotodavía no renunciaba a la idea de ver las barras de plata, las guayacas repletas de patacones o reales y el cofrecito ya abiertopuestos en la casa del tenedor de bienes de secuestros. Como viene anunciado, el día siguiente, 12 de diciembre,el Tribunal se puso una vez más en manos de quienes precisamente investigaba como supuestosautoresdel rescate.Mas hasta en eso, por definición,la opción era de locos:mandó llamar ante supresenciaal PadreGuardiánde SanFrancisco. -¿Qué diligenciaha hecho en lo que se le ordenópor el SantoOficio? - Preguntó en duro tono Castro.** El Padre Fray Pedro de Iramaín, Ir: contestó que al día siguiente de conlparecerante él, almediodíamandójuntar atoda lacomunidadfranciscana -incluyendo los enfermos-, a quienes lespidió,bajopena de obediencia y de excomuniónmayor, declarasentodo loquesupieseno hubiesenoídodecir en razónde lasbarras, realesy caja deplata quehabíansidosacadasdelmuladar. Segúnagregóelmismo, invocóa los religiosos que lohicieran ante él o en su defectoante el SantoOficio,pues con ello semiraba la honra de la rcligión y el santohábito de SanFrancisco.Por último, y aunque doloroso, refirióque les%pidió señalar a quienes hubiesen hallado el tesoro, a fin de que sean procesados con todo rigor en el Tribunaldel SantoOficio. .. . K 7 N8 Ibidem. Ibídem,fol. 18. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.40-41, 1998-1999

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