Fénix 42, 37-41

Su decisión de hacer la carreramédica, al final de sus 5 años de estudios secundarios en el colegio Guadalupe en 1921, fuc muy acertada, el Profesor escoge hacerlo en el país que entonces tenía imporkante influencia médica, particularmente en la especialidad neurológica, en el Perú y el mundo: Francia. Inicialmente, sus estudios fueronen Burdeos y luegoen París. El entonces joven Óscar Trelles comienza a brillar intensamente, pues tempranamente llace importantespublicacionescientíficasy, ya que 1930,dirigeel Laboratorio de Neuropatología de la Fundación Dejerine. Es conocido lo dificil que ha sido siempre tcner una jefatura de tal nivel sin ser parisino por entonces y también ahora. Allí lo meritorio delcargode entonces.Tambiénescribiólibros de texto que siguen vrgentes, los que correspondena aquel brillante período en que ejercía la labor de Interno de Paris. Pese a los grandes éxitos científicos y personales, el profesor decide regresar a su país a desarrollar la Neurología, diríamos a fundarla, iniciarla con los recientes conceptos de la Nosografia de ésta especialidad; tenía que buscar el lugar de su futura ardua labor. Al respecto, él mismo escribió: «en i 929, concluía esa época feliz e inolvidablede los estudiosmédicos cuando cl Profesor Monge me habló del (Refugio), Hospicio de incurables, abandonado, cn el que podía con tesón y voluntad, hacerse un magnífico centro de estudios neurológicos[ ...] » Así, el profesor Trclles a su retornóde París, llega a Lima el 2 de febrero de 1935, y ya en marzo del mismo año asistía como médico ad honoren al Refugio de Incurables de la calle Maravillas en compañía de su fiel amigo Mario Méndez, también de formaciónmédica francesa. El profesor Trelles escribió sobre acjucl período de inicio de la transf~rmación de Refugio en í-iospitalNeurológico en 1955, en ocasiónde la inauguracióndel Anfiteatro de Neuropatología diciendo: «[ ...] fuimos nombrados médicos ad honoren del hospicio de incurables que transformaríamos Méndez y yo, con tesón e infatigableesfiienoquea la distanciameparece hoy una epopeya hospitalaria». Realmente fuc una ardua tarea, de persistencia, de trabajo, pues Méndez y Trelles fueronechadosdel Refitgiopor un Inspector queno entendía sumisión. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.42, 2000

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