Fénix 42, 47-53
que está clavada en la eternidad. El únicomodo que tiene esehombre de salir de aquel mundo es con aquel paracaídasque se halla colgado en el techo de la sala. Con ese objeto puede <<aterrizar suavemente>> en otros mundos, con lo que no hace otra cosa que escapar de aquellopero no tratar de cambiarlo. No por algo lamuestra de Tokeshi tieneese títuloya que nos refiere, sin lugar a dudas, a ese hombre anónimoque vive de manera anodina en las ciudades. Álejándonos de la obrade Tokeshi, hallamos una diversidaddepropuestas artísticasque, aunqueson diferentesen losmateriales y en estilos, giran sobre un mismo tema; el hombre cn las ciudades, al que ven algunos de modo pesimista y otros de manera opuesta. Esto se nota en la obra del pintor José Coronado, quien trata en sus cuadros aspectos que muchas veces no nos danios cuenta que existen en la vida y que resultan en sí mismos un milagro, un sueño. Utiliza la técnica al óleomás las visiones que plasma son h-atadas como imágenes bajo la lluvia, imágenes acuosas, debido a que Ia pintura al óleo está tratada como pintura de acuarela, por lo que obtiene la imagen de un sueño en el que reina La tranquilidad y la paz. Cuando representa grandes masas humanas son vistas dentrode ambientesde fiesta, alegría compartida o si es dentro de una procesión, como espiritualidad y recogimiento. En oposición a lo dicho y siguiendo el recorrido, vemos que delante de una escritura representando a Rafael -en estilo académico y mostriindonosa un personaje de carácter tranquilo pero decidido- se encuentra la obra de la pareja Arias y Aragón, la que presenta una casa compuesta en su forma exterior de plumas y armada en s ~ i interior con los objetos de la más diversa procedencia, sean objetos en desuso hallados en los basurales como los provenientes de nuestros recuerdos, con Los cuales se constituyenIas paredes así como el ((mobiliario)>, como se ve con la silla de dentista y ese resto de televisor en que se proyecta la imagen de una persona del sexo femenino, desnuda, que yace encerrada en un cuarto semidestruido y que vive observándose su cuerpo o viendo por una rendija un mundo exterior al que nunca puede tener acceso y que, al parecer, le es ajeno. Todos los objetos están pintados de dorado, con lo que nos dice que todos ellos son valiosos para el dueño de la casa, y la única sena1de vida se observa en la pecera con peces. Muchos críticos lo han interpretado como la representación de las viviendas dc pueblos jóvenes, hechos de deshechos, pero tambien puede Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.42, 2000
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