Fénix 42, 47-53
anterpretarsecomo la casa de todas las personas que viven en las ciudades ya que sus vidas se construyen sobre la base de lo que llamamos<<cachivaches», objetos que se dejaron de usar hace mucho tiempo pero que conservamos por el recuerdo que nos produce; es decir, que vivimos del recuerdo y que el únicomedio que nos conecta con la realidad es el televisorque nos mantiene dentrode1mismo ambiente,enclaustrados en nosotrosmismos. Es eImundo de las grandesurbes, de seres encerradosen sus casas, aisladosde la realidad, viviendo solo para mantenersedentrode ese ambiente seguropero frágil, en lajaula de los que renien vivir en libertad, Seguidamente, vemos la obra de Dora López, pintora de imágenes surrealistas que nos recuerdan la obra del chileno Roberto Matta, con seres sin forma definiday rodeadosde coloresdisueltosenmundos que no poseen tiempo ni espacio, comosi fueran sueñosde colores.Despuésnos tropezamos con 10scuadrosde SandroGuerrero,artista abstractocon pinturas de colores fríos y líneas verFicales quc evocan, mismo tiempo dinamismo, rigidez y agresividad. En medio de la Sala se observa la obra de Alina Canziani que nos vuelve a hablar acerca delmundo de las aparie~cias pero con una visión algo diferente que la de Tokeshi, debido que para la artista la apariencia es solo decoración exterior, y como tal resulta ser agradable a la vista pero sin contenido; es pura corte~a sin pulpa. Por ello desarrolla la idea bajo la forma de una columna de olores púrpura donde se reproducen en serie unas máscaras, las que también yacen sostenidas en varas de alambre que rodean la escultura, dándonos así la idea de lo frágil que resulta ser la apariencia. A un costado de la Sala se hallan las obras de Rhony Allaalel, el pintor de las sensaciones que trata en sus cuadros de desprenderse de todo elemento terrenal para, por medio de colores puros y uso mínimo de figuras, llegar a una unión con el Universo y encontrarse en el:remanzo de las aguas de la eternidad, reproduciendopara ello la bipolaridad de la que está constituidoel mundo; blanco-ncgro, bueno-malo,hombremujer, en un equilibrioperfecto. Finalizandolamuestra,nos acercamosa la obradel guatenlaltecoLuisCarlos, artista que retonla la tradición escultópicapara representar al ser humano, al que sintetizacon el fin de hablamos de su naturaleza, es decir el ser lenguaje del Universo, en el que las fo~mas estilizadasdel hombre recuerdanla escnhm de ciertospueblos primitivos cuyo lenguajese halla vinculadoa ritosmágicos Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.42, 2000
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