Fénix 43-44, 27-54
Fénix n." 43-44 / 2001-2002 definitorios, renunciando a aquellos que son considerados intrascendentes o poco signiJicativos. Lo compartido se transformaasí en "colectivo", fijoy, supuestamente,inmutable. Construir una Historia oficial tiene mucho que ver con estos procesos. Poco importa en los discursos míticos lo que haya sucedido en la realidad, lo que importa es que la gente aprenda a mirar de cierta formaal pasado, lo que implicanecesariamente una legitimacióndel presente y una determinada proyección de futuro. En las historias oficiales no hay lugar para algunas historias, que se convierten en elementos anecdóticos, en daAos colaterales o en males necesarios. La Historia con mayúsculas no se detiene ante hechos tan intranscendentes como las vidas cotidianas de los que no son realmente "representativos" de la verdadera"tradición", de aquellos que no supieron, no pudieron o no quisieron estar en el bando de los ganadores, de aquellos que no que pudieron escribir su historia. G Orwell ya denunció cómo determinadossistemaspolíticos, en funciónde interesesconcretos, inventan constantementelos acontecimientos históricos, que serán reproducidosen los libros, en los medios de comunicación, en las escuelas ... los hechos que estarán vivos en nuestra propia memoria, conformando así nuestro pensamiento y nuestra acción. Tal como seirala Connerton: Entendemos el presente en un contexto que se vincula causalmente a acontecimientos y objetos del pasado y que, por tanto, toma como referencia acontecimientosque no estamos viviendo ni viviremos en elpresente. Y viviremos nuestropresente deforma diferente de acuerdo con los dferentespasados con los quepodemos relacionarlo. De ahí la diJicultadde extraer nuestropresente de nuestro pasado: no sólo porque los factores presentes tienden a influir -algmos dirian incluso distorsionar- en nuestros ~ecuerdos del pasado, sino tambiénporque losfactores pasados tienden a influir, o a distorsionar,nuestra vivencia del presente.' El planteamientode Connerton nos recuerda la importancia e las diferentesvisiones sobre e1 pasado a partir de las cualesconstruirnos el presente, pero no recuerda algomás. El tiempo no puede ser entendido sólo como una realidad cronológica a 6s de la cual una etapa se superpone a otra etapa; los individuos actumos, tal y como s C. Ge e r t ~ , ~ a partir de una realidad simbólica en buena medida ya definida. Pero nos re a otro aspecto impoflante, esta también presente en la obra de este último autor: el ial y su mente se construye a partir de 156 interaccibn; entendida como dos polos contrapuestos, no deja de ser una división acadkmica del conocimiento. De estos dos hechos podemos extraer ciertas conclusiones. La primera, es que cuando trabajamos con una storia colectiva estamos trabajando al mismo tiempo con individuos concretos (es entre estructura y agencia); la segunda es que la visión que se reconstruye en los libros y se reproduce en las aulas, en los medios e comunicación, etc. no sólo crea modelos sociales, 1 Connerton, P. Como as Socredades Recordam, Ed. Celta, Oeiras, 1993 (1989) Phg. 2. 2 Geertz, C . La znterpretacrón de las culturas. Ed. Gedisa, Madrid, 1992. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.43-44, 2001-2002
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx