Fénix 45, 105-110

108 través del Derecho y las Constituciones, y la alfabetización y la escolaridad serán obligatorias, la educación vendrá en auxilio del orden que requieren las sociedades para configurarse e ingresar a la modernidad occidental. Inmersos ya en la cultural occidental, devienen los medios audiovisuales, llámense radio o televisión, en un primer momento, que vienen a secularizar la escritura; a ellos se suman los medios comerciales de transferencia de información que conocemos, con una fuerte presencia de los que manejan imágenes (cine, VHS, multimedia, DVD, entre otros), los que, a la distancia, han desacralizado las tradiciones orales. Por eso no tiene significado preguntarse si desaparecerá el libro frente a la imagen, como no manifestó incertidumbre la tradición oral frente a la imprenta ni esta ante la aparición y popularización de los medios audiovisuales. La verdadera pregunta es si el sentido se debilita o no con cada medio de narración nuevo que se presenta, pregunta que en cierta forma pretende resolver la compilación de Nunberg, que desagrega la preocupación actual de todos los que se preguntan qué pasará con el libro ante la presencia de las nuevas tecnologías de la información y el conocimiento, que nos acercan a diversas herramientas de almacenamiento y difusión de datos. No pretendo hacer un resumen del libro, considerando que se trata de una compilación, que como tal merecería un tratamiento particular para cada artículo, atreviéndome a sintetizar la preocupación general de los autores cuando desarrollan aspectos particulares que nos ayuden a elaborar una respuesta muy personal, pero sustentada, sobre la preocupación y experiencia ajena. Empezamos con una reconstrucción histórica de la evolución del libro, donde Carla Hesse 10 identifica una relación intrínseca entre libro y autor, que se pierde en cierta forma cuando el mismo es absorbido por la tecnología digital, que permite su manipulación por parte del lector, quebrándose de esta forma la distancia física y temporal entre autor y escritor, característica del formato impreso. Esta propuesta se complementa con la de Patric Bazin 11 , quien propone crear un sistema de metalectura que se sustente en las herramientas tecnológicas anexadas al texto digital, las que adecuadamente aprovechadas permitan que el lector no se desoriente al momento de desplegar la información, pues se carece de algunos referentes, como la paginación o ubicación permanente, que muchas veces son temporales en la red de Internet. Esta conclusión también forma parte de las propuestas de George Landow 12 y Régis Debray 13 cuando alertan sobre la necesidad de preparar al futuro lector para la información almacenada en soportes alternativos al papel, ya que este, al ser un individuo formado entre libros y medios electrónicos, no dudará en recurrir a la impresora cuando lo necesite. Por otro lado, hay que considerar que el problema no solo se circunscribe a los medios externos de acceso a los textos electrónicos sino también a la forma inherente de la información misma, lo que exigiría una nueva retórica y una nueva tipografía, donde la tecnología debe aportar con sus elementos materiales y los modos de lectura que conlleve esta nueva forma de comunicación. Esta evaluación ha sido realizada por Luca Toschi 14 , quien nos alcanza su experiencia en la construcción de un hipertexto que identifique, en un primer momento, al autor y que luego comprometa al lector como espectador, en primer término, y luego como propietario virtual del texto a través de la manipulación del mismo, con lo cual se logra la integración material entre texto y lector, objetivo permanente del libro. Respecto a este punto, Landow lo subraya al referirse a las discontinuidades entre el hipertexto y los formatos en multimedia, que proponen «nuevas formas de lectura y nuevas formas de intercambio cultural e intelectual», acercándonos a una realidad que pretende ser virtual y que corre el riesgo de llevarnos no solo más allá de libro sino también del lenguaje, que nos acercaría a la abstracción. Este tema lo desarrolla Jay David Bolter 15 , quien sugiere que la aparición de los diversos formatos multimedia y de la realidad virtual representa un -------------------- 10 «Los libros en el tiempo». En: NUNBERG, Geoffrey (comp.). El futuro del libro. Barcelona: Paidós Ibérica, 1998. pp. 25-40. 11 «Hacia la metalectura». Id. pp. 157-172. 12 «Dentro de veinte minutos o ¿cómo nos trasladamos más allá del libro?» Id. pp. 213-241. 13 «El libro como objeto simbólico». Id. pp. 143-155. 14 «Hipertexto y autoría». Id. pp. 173-211. 15 «Ekphrasis, realidad virtual y el futuro de la escritura». Id. pp. 257-277. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.45, 2008

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