Fénix 45, 37-49
38 Con relación a los estudiantes universitarios, existen diversas maneras de estudiar la forma cómo buscan información: se puede utilizar registros de observación, cuestionarios de autorreporte o, también, es posible evaluar los documentos elaborados por ellos (proyectos, ensayos y trabajos de investigación). Uno de los problemas con los cuestionarios es que demandan tiempo por parte de los encuestados, cuya disponibilidad real frecuentemente es limitada. Los registros de observación dependen, en gran medida, de la preparación y experiencia de la persona que recoge los datos. La otra alternativa es evaluar el resultado de la búsqueda de información. En este punto, el análisis de citas resulta de gran utilidad, ya que, además de trabajar con el producto de la búsqueda de información, no demanda tiempo de los estudiantes universitarios. Como toda herramienta, el análisis de citas tiene ventajas y desventajas. Uno de sus principales puntos a favor es que constituye un indicador del uso real de una fuente de información (Vickery y Vickery 1987) y de la relación existente entre dos documentos: el documento que es citado y el que hace la cita. Gracias al análisis de citas se puede identificar a los autores, artículos y revistas más citadas y, por extensión, más influyentes en un área del conocimiento. Desde el punto de vista de la persona que hace la cita, la cita bibliográfica expresa el valor e importancia que tiene el documento original para dicho autor. Es una forma de reconocer y dar testimonio de los aportes originales que han influido en el trabajo de una persona. De esta forma, la cita bibliográfica se convierte en una defensa contra el plagio intelectual, debido a que los académicos deben respaldar sus afirmaciones con evidencias concretas y ellas se expresan en las citas que hacen. Por el lado de las limitaciones se pueden mencionar las siguientes: no toma en cuenta los motivos de la persona que hace la cita ni considera la calidad del contenido del documento que es citado (Baird y Oppenheim 1994). Además, los autores no siempre siguen el procedimiento establecido para hacer la cita. En ocasiones, se citan a sí mismos de forma exagerada o incluyen textos irrelevantes para el tema tratado, otras veces hacen citas innecesarias con el único fin de tener una lista más larga de referencias bibliográficas o, simplemente, citan a autores importantes, aun cuando la relación temática es bastante débil (Guy 1991). Una revisión más amplia de las limitaciones del análisis de citas se puede encontrar en el artículo de MacRoberts y MacRoberts (1989). El propósito de esta sección no es agotar el debate sobre el análisis de citas, sino mostrar que, como cualquier técnica de investigación, tiene ventajas y desventajas, las cuales deben ser tomadas en cuenta al interpretar los resultados obtenidos con los estudios sobre el uso de fuentes de información. Con relación a la manera en que Internet influye en la práctica de la citación también existen opiniones divididas. Para algunos investigadores, esta red informática permite que los estudiantes tengan acceso a una gran cantidad de fuentes de información, mientras que para los críticos el uso de Internet fomenta el plagio intelectual e impide que los estudiantes evalúen de forma adecuada las fuentes de información que están citando. Lamentablemente existen pocos trabajos publicados sobre este tema, probablemente debido a que los trabajos monográficos y las investigaciones se devuelven a los estudiantes al finalizar el ciclo de estudios. A continuación se describirán los hallazgos de algunos de estos estudios. Kate Majewski (citada por Davis y Cohen 2001) analizó 91 bibliografías elaboradas por estudiantes de pregrado de dos universidades norteamericanas. De acuerdo con los resultados de esta investigadora, aun cuando los estudiantes siguen usando publicaciones impresas, la mayoría prefiere usar herramientas distintas a los catálogos de biblioteca y a los índices de publicaciones periódicas. Como puede deducirse, entre las opciones preferidas se encuentran los motores de búsqueda y los sitios web. Esta dependencia marcada en la información encontrada en Internet llevó a David Rothenberg (1998), profesor de Filosofía, a decir que ha observado un alarmante declive, tanto de la calidad de los escritos como de la originalidad de las ideas expresadas por los estudiantes. Según el profesor Rothenberg, esta situación se debe a que hay estudiantes que hacen sus investigaciones a través de consultas a un motor de búsqueda o a un directorio de páginas web, en lugar de buscar fuentes de información más autorizadas. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.45, 2008
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