Fénix 45, 37-49
39 Cuando Julia Nims y Linda Rich, de la Universidad Estatal de Bowling Green, examinaron las técnicas de investigación de los estudiantes de pregrado, encontraron que los problemas causados por una pobre estrategia de búsqueda se multiplican cuando la búsqueda de información se hace en la web (Nims y Rich 1998). Entre los errores cometidos por los estudiantes figuran: usar una sola palabra de búsqueda, incluir palabras no significativas, fallas en la digitación o la escritura del término a indagar en el recuadro donde se escribe el URL. Con relación a las prácticas de citación de los estudiantes de Bibliotecología, Charles Oppenheim y Richard Smith, investigadores de la Universidad de Loughborough en Gran Bretaña, examinaron las bibliografías de 60 tesis de pregrado y encontraron que la mayoría de los estudiantes prefiere citar textos encontrados en Internet en lugar de artículos procedentes de revistas académicas. Durante el período analizado, 1997-1999, el porcentaje de citas de textos encontrados en Internet creció de 1,9% a 17,2%, mientras que el porcentaje de citas de artículos académicos disminuyó de 32,1% a 24,8% (Oppenheim y Smith 2001). Los investigadores Phillip Davis y Suzanne Cohen (2001) informan resultados similares. Ellos analizaron las citas bibliográficas de 67 trabajos monográficos de estudiantes de pregrado, presentados entre los años 1996 y 1999. Los resultados encontrados muestran la misma tendencia: el porcentaje de citas de libros descendió de 30% en 1996 a 19% en 1999, mientras que el porcentaje de citas de textos tomados de la web creció más del doble y subió de 9% a 21% durante el mismo período. Dicha tendencia a citar textos encontrados en Internet fue confirmada cuando al año siguiente Davis analizó las bibliografías de 63 trabajos monográficos que fueron enviados vía correo electrónico. Como el investigador señala, si bien es cierto que el número total de citas aumentó entre los años 1996 y 2000, pasando de un promedio de diez a casi catorce citas, se explica por la mayor cantidad de citas a textos tomados de Internet (Davis 2002). Esta preferencia en las citas se explica por el mayor atractivo de la información disponible en Internet, en términos de actualidad, cobertura temática y facilidad de acceso. Cuando un estudiante debe hacer un trabajo monográfico o llevar a cabo una investigación, antes de pedir orientación a un bibliotecario referencista lo que probablemente hará será ingresar al motor de búsqueda Google (o el que prefiera el lector) y elaborar el marco teórico a partir del contenido de las páginas web encontradas durante la búsqueda de información. Esto no quiere decir que la información disponible en Internet sea intrínsicamente de mala calidad. El problema no es usar fuentes de información tomadas de esta red informática, sino es no evaluar de forma crítica la validez, rigurosidad y confiabilidad de los textos tomados de Internet. Es un patrón de conducta bastante extraño. Es como si esta capacidad de análisis se hubiera perdido o no se supiera cómo aplicarla. Antes no era necesario enseñarla ni elaborar guías para aprender a evaluar críticamente los documentos. Sin embargo, hoy existe una creciente cantidad de publicaciones que tratan de cubrir este vacío. La preocupación de los profesores por la capacidad de los estudiantes para juzgar la precisión y confiabilidad de los textos encontrados en Internet ha sido abordada en algunos trabajos de investigación. Con el fin de saber si existe una brecha entre la calidad de las fuentes de información esperada por los profesores y la calidad de los documentos empleados por los alumnos, Deborah Grimes y Carl Boening decidieron trabajar con el método conocido como Estudio de casos. Por esa razón, entrevistaron a profesores y alumnos y, además, revisaron los documentos citados en los trabajos de investigación elaborados por estos. De acuerdo con sus resultados, los estudiantes evalúan de forma superficial (si acaso lo hacen) los textos encontrados en la web. Es decir, por lo general, no se preocupan por la calidad del contenido. Al igual que en los estudios anteriores, cada vez más prefieren citar textos tomados de Internet, se trate de la página personal de un estudiante de secundaria o del aviso publicitario de algún producto o servicio ofrecido a través de la web (Grimes y Boening 2001). Por su parte, la profesora Susan Herring encuestó a 338 profesores de educación superior del estado de Alabama, en Estados Unidos. Según los resultados del estudio, más del 70% de profesores alienta a sus Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.45, 2008
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