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62 ∙ La ausencia de instrumentos participativos para evaluar las necesidades de información, mapear los flujos de información e identificar la oferta local de «conocimiento», así como a los intermediarios de la información. ∙ La ausencia de mecanismos regulares de monitoreo de las demandas de información del poblador rural y, por lo tanto, de provisión de información que responda a la demanda. ∙ La imposibilidad de los proveedores locales de información para traducir su información a formatos audiovisuales y en un lenguaje adecuado. ∙ La ausencia de un espacio de diálogo entre los proveedores de información, lo que incidía en la duplicidad de esfuerzos y el consecuente desperdicio de recursos humanos y financieros. Los proveedores de información y de servicios no se especia- lizaban ni trabajaban coordinadamente. ∙ La existencia de canales informales de información a nivel local, manejados por informantes claves e intermediarios naturales de información. ∙ A pesar de la existencia de mucha información, esta no llegaba al usuario final porque había un problema de relevancia, formato y oportunidad. ∙ El acceso a la información estaba condicio- nado no solo por la inexistencia de servicios de información y comunicación que entregaran información relevante, oportuna y en el formato adecuado, sino también por las capacidades locales para apropiarse de la información y usarla en beneficio del desarrollo local. Ese era el principal desafío que debía enfrentar el presente proyecto. ∙ La necesidad de crear un espacio interinsti- tucional donde se recolectara, procesara, reformateara y difundiera la información. De esta manera, la información llegaría eficien- temente a los usuarios urbanos y rurales. ∙ La importancia de producir información en diferentes formatos para que sea utilizable en el medio rural, así como validar en el campo la información ya procesada. La existencia de un Centro de Procesamiento de Información era de vital importancia para esta propuesta. ∙ En el medio rural los pequeños productores, empresarios y gobiernos locales necesitaban información para contar con elementos para la toma de decisiones. ∙ Si bien no existía una demanda explícita de información, había muchos clientes potenciales. Lo que se pretendía a través del sistema propuesto era explicitar la demanda existente. ∙ La tarea pendiente se sintetiza entonces en tender puentes y canales de comunicación entre los productores agrarios y los centros de información ya establecidos. De acuerdo a los requerimientos de los pobladores, se debe procesar la información y difundirla. De otro lado, los saberes tradicionales locales, las experiencias de los agricultores y las acciones comunitarias replicables deben, también, difundirse adecuadamente como contribuciones para lograr el desarrollo sostenible. Hoy, ese proyecto ha evolucionado y no es más un proyecto ITDG sino que ha pasado a ser un producto asumido por instituciones locales bajo el nombre de Sistema de Información Rural Urbano o, simplemente, SIRU, cuya filosofía resumimos en estas líneas. 3.2 SIRU: Sistema de Información Rural Urbano Durante los últimos meses del proyecto InfoDes, ITDG elaboró una propuesta de sistema de información que la puso a consideración de diversas instituciones locales de Cajamarca. El modelo, en su versión inicial, diferenciaba tres niveles dentro del Sistema: los proveedores, los intermediarios y los usuarios. A nivel de los proveedores, se proponía una alianza de organizaciones que, compartiendo recursos, mejoraría la oferta de información local. A nivel de los intermediarios, se propuso la adecuación de los centros de información local en InfoCentros, con facilidades de Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.45, 2008
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