Fénix 45, 98-101

100 al volumen; y, por añadidura, estos mismos datos se inscribirían en las tarjetas adheridas al lomo de cada libro, pero ligeramente abreviados, porque el número de la sala estaría representado en ellas por un color especial. Ya terminadas las tarjetas, parecía sencilla la tarea de hacer los «catálogos auxiliares»: por orden alfabético de autores; «según la lengua en que está cada obra»; y otro adicional, por materias, que solo llegaría quizá a las grandes divisiones genéricas y no contemplaría las subdivisiones temáticas o específicas. *** RESOLUCIÓN POR LA CUAL SE FIJANNORMAS PARALACATALOGACIÓNDELABIBLIOTECA NACIONAL (1878) Teniendo en consideración que la Biblioteca Nacional es uno de los establecimientos públicos más importantes, no solo por las muchas y valiosas producciones que encierra, sino también porque es un centro de ilustración para todas las clases sociales y porque además las Bibliotecas públicas denotan el desarrollo intelectual de un pueblo; que terminadas las obras que el Gobierno ha creído indispensables para que la Biblioteca corresponda a su elevado objeto y a la cultura del país, es llegado el caso de formar un índice general detallado de los libros que ella contiene, distribuyéndolos con el mayor orden para asegurar su conservación y para que puedan ser consultadas fácilmente por todos, conforme al plan que propone el Bibliotecario; que para llevar a cabo la formación de ese índice es indispensable que la Dirección del indicado establecimiento tenga su disposición los amanuenses y sirvientes que ese prolijo trabajo demanda; y que es un deber del Gobierno proveer de preferencia a la satisfacción de necesidad tan imperiosa, se resuelve: Art. 1º Autorízase al Bibliotecario de la Biblioteca Nacional para que, después de clasificar y colocar los libros de ella, según el proyecto que acompaña, proceda a hacer el índice general con los empleados actuales del establecimiento y con dos amanuenses y tres sirvientes, debiendo los primeros disfrutar del haber de 50 soles y los segundos de 30 soles mensuales por el tiempo que sean necesarios sus servicios. Art. 2º En el arreglo de que se trata se observarán las prescripciones siguientes: 1º— Los cinco salones de depósitos de los libros y documentos se designarán con los nombres de Primero, Segundo, Tercero, Cuarto y Quinto; partiendo del salón principal que sigue a los de lectura. 2º— Los estantes de cada salón, sea que haya uno o dos órdenes de ellos, llevarán una numeración correlativa desde 1 en adelante, la que comenzará por la derecha de la entrada principal; debiendo también numerarse los anaqueles de cada estante y los cajones que haya al pie. Esa numeración y el letrero que exprese el contenido de cada estante, se pondrá en el lugar y con los caracteres más visibles. 3º— Los estantes se distribuirán en proporción al número de libros que haya en cada materia. 4º— El 1º Salón contendrá los libros de instrucción primaria y media, los de ciencias matemáticas, físicas y naturales y sus aplicaciones y los de artes y oficios. 5º— En el 2º Salón se colocarán todas las obras publicadas en América, las que sean de autores americanos, y las que traten de un modo general o especial, acerca de las lenguas, etnografía, antigüedades, historia, geografía, viajes, instituciones, etc. del Nuevo Mundo. 6º— El 3º Salón se destinará a las obras de Historia, Arqueología, Literatura, Lingüística y a todas las ciencias morales, sociales, políticas y eclesiásticas. 7º— En el 4º Salón se pondrán las colecciones de revistas y periódicos nacionales o extranjeros y será también depósito de obras catalogadas. 8º— El 5º Salón servirá para las obras teológicas u otras poco consultadas y para las truncas, apolilladas, duplicadas, desencuadernadas, etc. que no tengan cabida en los otros salones. 9º— Los mapas y cuadros se colocarán en las dos salas de lectura, excepto el retrato del fundador de la Biblioteca General D. José de San Martín, que estará en el centro del salón principal, junto al asiento del bibliotecario. 10º— Todos los libros sacudidos y curados de la polilla, ocuparán su lugar respectivo, en el que permanecerán hasta que esté concluido el índice. 11º— Colocados los de una materia en los estantes, se anotará con sencillez, su título, autor, año y lugar de la edición, tamaño, número de volúmenes, idioma en que están escritos; si se hallan a la rústica o forrados en pergamino, pasta o media pasta; si están completos o Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.45, 2008

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