Fénix 46, 143-163

–144– F énix n .° 46 / 2017 pasando por su afianzamiento en el siglo XX, la fotografía cumple un papel decisivo en la configuración de la memoria histórica tanto individual como colectiva. Pero a pesar de sus amplias posibilidades, las fotografías por lo general se utilizan como referencias o como simples ilustraciones pasivas, en especial desde las ciencias sociales y las humanidades, desaprovechando todo su valor y contenido como docu- mento histórico. El insuficiente valor otorgado a la fotografía como fuente cultural ha retrasado la sistematización y el establecimiento de metodologías propias del análisis fotográfico e histórico, obstaculizando la protección, cuidado y ubicación del material fotográfico, promoviendo negativamente al descuido y deterioro de gran parte de nues- tro acervo cultual. En este artículo se plantean algunas reflexiones histórico-metodológicas sobre la posibilidad de construir conocimiento histórico a partir de fotografías como fuentes de información e interpretación, presentando como caso a la Colección de E. Courret, por ser uno de los primeros estudios fotográficos, además porque actualmente forma parte del patrimonio fotográfico y cultural del Perú, y se encuentra en proceso para su registro como parte de la Memoria del Mundo. LA FOTOGRAFÍA COMO PATRIMONIO CULTURAL: RESCATANDO LA MEMORIA HISTÓRICA DE LO PICTÓRICO A LO FOTOGRÁFICO Desde tiempos muy remotos, las imágenes forman parte de la vida de los seres hu- manos; si hacemos un breve repaso, podríamos hacer una línea de tiempo basados en las primeras manifestaciones culturales, que van desde el arte rupestre hasta la actual cultura del selfie . Por citar el primer caso, las representaciones pictóricas, a pesar de ser muy artesa- nales y rudimentarias dejaron un rastro importante de registro y experiencia humana. Basta con recordar una de las joyas del arte paleolítico, las pinturas en el techo de la cueva de Altamira, donde se aprecian escenas en movimiento de animales en caza, reproducciones manuales que dejaron huella de su vida cotidiana. Desde su descu- brimiento muchos especialistas intentaron limitar la explicación a un análisis del arte por el arte, olvidando por un momento su rico valor como fuente histórica, que con el tiempo y desarrollo de las ciencias han permitido entender la interrelación entre el ser humano primitivo y la naturaleza, demostrando que los hombres del paleolítico supe- rior eran seres mucho menos salvajes de lo que en un inicio erróneamente se pensaba, y contaban con una cultura muy avanzada. Podríamos seguir citando otros casos más pero, en resumen, el estudio del dibu- jo, la pintura, el grabado y la fotografía, etc., han sido durante siglos los principales medios para documentar de alguna forma la realidad, manifestando en sus imágenes el devenir histórico de las diferentes culturas que han aparecido, emergido y desapa- Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.46, 2017

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