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–145– B iblioteca nacional del perú recido a lo largo del tiempo, así como sus costumbres y condiciones materiales. Por lo tanto, el estudio de la imagen fotográfica, a pesar de ser una fuente muy atractiva, y a la vez peligrosa, no puede reducirse al análisis artístico puro y duro, sino que debe ampliarse y contextualizarse con su proceso histórico. LA FOTOGRAFÍA EN LA CONSTRUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO HISTÓRICO Imagenes aquelloendonde loqueha sido seune comounrelámpagoal ahora enuna constelación. En otras palabras: imagen es la dialéctica en reposo. Puesmientras que larelacióndelpresenteconelpasadoespuramentetemporal,continua,ladeloqueha sido con él ahora es dialéctica: no es discurrir, sino una imagen, en discontinuidad. 2 Desde la aparición de la fotografía, cuando el francés Joseph Nicéphore Niepce, aprovechando los avances tecnológicos, sus conocimientos en óptica y haciendo buen uso de la acción de la luz sobre sustancias químicas consigue capturar imágenes fijas, no solo se inicia una forma de registro visual sino también una nueva forma de exposi- ción y comunicación de los seres humanos. Pero, a pesar de que la fotografía sea parte del día también es un tipo de fuente muy tediosa de manejar. Por esa razón, y a partir de una visión historiográfica, es necesario conocer por principio las posibilidades y los límites que caracterizan a esta importante fuente. La fotografía es, muy aparte de sus cualidades estéticas o artísticas, «un testimonio ocular», que nos ubica, de alguna forma, en un ángulo más amplio de la historia. Sin embargo, muchos investigadores, y los dedicados al quehacer histórico, no dan mucha importancia al abundante contenido de las imágenes fotográficas, al respecto Peter Burke señala que: Son relativamente pocos los historiadores que consultan los archivos fotográ- ficos […]. Cuando utilizan imágenes, los historiadores suelen tratarlas como simples ilustraciones, reproduciéndolas en sus libros sin el menor comentario. En los casos en los que las imágenes se analizan en el texto, su testimonio sue- le utilizarse para ilustrar las conclusiones a las que el autor ya ha llegado por otros medios, y no para dar nuevas respuestas o plantear nuevas cuestiones. 3 No hay que ser especialista para saber que la fotografía es imprescindible para la construcción del discurso histórico moderno, y sería mucho más productivo si se tu- 2 Benjamin, W. (2005). El libro de los pasajes . Madrid: Akal, p. 464. 3 Burke, P. (2005). Visto y no visto: El uso de la imagen como documento histórico . Barcelona: Biblioteca de Bolsillo, p. 12. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.46, 2017

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