Fénix 46, 183-201

–187– B iblioteca nacional del perú TELLO HABÍA CONOCIDO A VITAL PALMA EN EL COLEGIO LIMA Hernán Ponce Sánchez (1957) narra, en su libro 50 anécdotas del sabio Tello, una versión un poco diferente sobre la llegada de Tello a la Biblioteca Nacional del Perú. Debemos anotar como evaluación de las fuentes que mientras Mejía Xesspe es consi- derado discípulo de Tello y encargado de documentar la obra del arqueólogo, Ponce Sánchez acompañó al sabio en sus principales excavaciones durante diez años, actuó como secretario de campaña y como ilustrador del diario de viajes. Entonces asuma- mos el relato como parte de una serie de anécdotas que buscan divertir, anotando qué fechas y qué personajes no coinciden en la narración. Tello era pensionista de una familia acaudalada conocida del padre, por aquellos motivos la pensión le resultaba baratísima, de manera que salir de allí significaba perder los estudios ya que no iba [a] poder hallar un lugar en donde le dieran ali- mentación y casa por precio siquiera igual. Pero, cierto día, el dueño de casa se dio cuenta de que la más hermosa de sus hijas estaba enamorada del futuro sabio. Qui- so pues poner coto a aquellos flinteos [flirteos] amorosos ese mismo día, y cuando Tello llegó lo esperaba una desagradable sorpresa, su cama y sus libros habían sido arrojados a la azotea, quedándose por tanto sin tener otro lugar en donde refugiarse. Por lo demás las perspectivas eran órficas ya que el padre no iba poder aumentarle la exigua mesada. Pues comprendiendo Tello que no podía permanecer un minuto más en tal casa, se fue en pos del último recurso, donde su mejor amigo y condiscípulo, el Dr. Ricardo Palma. Este al ver que el caso de su amigo era apremiante ya que de otro modo no po- dría continuar sus estudios —cursaba a la sazón premédicas—, le habló a su progenitor. Enterado el Tradicionista de la contracción y la seriedad de Tello, le dio una modesta colocación en la Biblioteca Nacional, colocación que días más tarde la dejó porque fue ascendido a Oficial Conservador de la misma al surgir una vacante (Ponce, 1957: 38). La anécdota narrada por Ponce Sánchez culmina con la mención a una carta dirigida por el Tradicionista Palma, un hombre de letras ampliamente conocido por la sociedad limeña, dirigida al acaudalado señor que había echado de su casa a Tello, solicitándole entregue sus pertenencias a su pensionista; de otra manera Tello no tendría cama para alojarse en la portería de la Biblioteca Nacional. Alojamiento que, por cierto, narra Ponce, fue momentáneo «porque pronto se instaló en la calle Co- mesebo, ya que el puesto le permitió alquilar una habitación y costear sus estudios sin la ayuda paterna» (Id., 39). Durand Flórez (1972) transcribe el oficio dirigido por Ricardo Palma al Director del Ministerio de Justicia proponiendo el ascenso a Conservador de Enrique Portal y el nombramiento como Auxiliar de Biblioteca de Julio César Tello. La fecha de la comunicación es del 5 de julio de 1900. En el oficio, Palma describe a Tello como un «joven muy estudioso e inteligente y de cuyo comportamiento en la oficina estoy altamente satisfecho»: Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.46, 2017

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