Fénix 47, 107-118

–112– F énix n ° 47 / 2019 El 9 de agosto de ese mismo año, siempre siguiendo la característica línea sarcástica del periódico, una caricatura representa a Rebolledo arribando triunfalmente (prece- dido por una corneta y vitoreado por una pequeña comitiva de bienvenida) al puerto de Valparaíso con el íntegro de la escuadra peruana capturada, la misma que es tirada de una cuerda por un caballo que el propio marino monta. El 3 de setiembre, Bressler vuelve a la carga, esta vez con una composición humorís- tica en que el marino chileno, con los ojos vendados y sobre la cubierta de un buque, el Blanco Encalada , «juega» a la «gallinita ciega» con los comandantes de la Unión y del Huáscar , ubicados en ambos costados y sobre las cubiertas de sus respectivos buques. Al detalle, se aprecia que el dibujante presenta a la Unión luciendo como trofeo en su proa una pequeña reproducción del transporte chileno Rímac , que llegara a capturar por esos días, y al Huáscar con una serie de pequeños buques chilenos, vencidos en combate, ensartados en su espolón. Los negativos resultados de Rebolledo en el mando de su armada no se rever- tirían a lo largo de los meses, generando un rechazo abierto en la opinión pública de su país, que reclamaba un urgente cambio en la dirección de la escuadra chile- na (Mahan Marchese, 1980, p. 435). Rebolledo, finalmente, renunció. A partir de entonces, la dirección de las fuerzas navales chilenas pasaría a manos de Galvarino Riveros. LAS CORRERÍAS DEL HUÁSCAR BAJO LA ÓPTICA DE EL MURCIÉLAGO Entre abril y octubre de 1879, el protagonismo de la guerra en el mar lo tendría, sin lugar a duda, el monitor peruano Huáscar , al mando de su heroico comandante Miguel Grau. Desprovisto del gran potencial bélico de los poderosos y modernos acorazados chi- lenos Cochrane y Blanco Encalada , el viejo monitor, luego de la pérdida de la Independen- cia , hubo de sobrellevar prácticamente solo todo el peso del conflicto hasta su derrota en Punta Angamos, en octubre. Hasta entonces, las acciones de guerra del célebre navío se multiplicaron. Transpor- tando material bélico, atacando puertos del enemigo o sosteniendo escaramuzas oca- sionales con naves chilenas, la presencia del Huáscar en el Pacífico fue un permanente «dolor de cabeza» para la clase política gobernante y la opinión pública del país del sur (Rivera Serna, 1974, pp. 126-127). El continuo e imparable accionar de nuestro glorioso buque quedaría inmortaliza- do en un dibujo festivo publicado el 17 de agosto en El Murciélago con el título de «La pesadilla de los chilenos», en el que el dibujante parece adjudicarle a la nave de Grau el don de la ubicuidad. Así, aparecen en el cuadro unos ciudadanos chilenos, ubicados frente a la oficina de Telégrafos del Estado, donde observan perplejos los telegramas publicados, que hilarantemente dan cuenta del avistamiento del Huáscar , a la misma hora, en diferentes puertos del litoral sureño. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.47, 2019

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